Nublado

Adolfo Ibáñez SM. | Sección: Política, Sociedad

El panorama político no se ve claro. Tampoco es parcial-nublado. Es un nublado denso que nos ha ido envolviendo crecientemente. Cuando esto ocurre es muy fácil perder el rumbo y transformarnos en meros destructores. Como ha sido un proceso paulatino a lo largo de muchos años, hoy ya se ha perdido incluso la noción de un rumbo: podemos ir para cualquier lado, creyendo que vamos bien. Al movernos dentro de una nube donde todo da lo mismo, los que pretenden guiar al país se disimulan proponiendo vaguedades, respaldadas por consignas que difuminan la realidad para transformarla en un esperpento.

Hoy, los planteamientos y las acciones de los candidatos se envuelven en un palabrerío altisonante, respaldado por acciones vistosas que solo pretenden espectacularidad. Pero no salen del campo de lo gris, lo indefinido, lo vago. Entremedio, cuando se logra vislumbrar algún asomo de concreción, aparecen de inmediato las contradicciones: hay que conquistar votos de diferentes lados. Por lo mismo, se insinúan afirmaciones y sus opuestos con la mayor soltura.

Como siempre, hay excepciones que confirman la regla: son aquellos que descalifican toda nuestra historia y también a quienes no comulgan con sus vaguedades y lugares comunes altisonantes, llamándolos “los privilegiados de siempre”, con un tono de odio, y refregándoles una pretendida superioridad moral que los autorizaría a ser “los privilegiados de hoy”. En estos casos sí son claros y tajantes. Pero en vez de constituir un rayo de luz que alumbre las tinieblas, son un rayo de negrura que, paradójicamente, aclaran la espesa nebulosa que disimula el fondo de los discursos políticos. Están indicando un camino y una meta: la exclusión de todos aquellos que les puedan entorpecer sus anhelos de predominio total. Esto último es un factor destructor que se agrega siniestramente a la confusión que caracteriza la atmósfera política de hoy. Para todos estos, Estado de Derecho y racionalidad son expresiones que solo entorpecen su marcha al triunfo final.

Presentarse como independientes configura también otro factor de ocultamiento. Se lo puede ser respecto de los partidos, pero no lo son respecto de las ideologías en que se respaldan. También pretender que todas las protestas, demandas y manifestaciones son legítimas por el solo hecho de serlas, contribuye significativamente a desfigurar la realidad.

Se dice que por donde está más oscuro, aclara. Pero sucede que suele amanecer con nublado espeso y no aclara.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio, el lunes 16 de agosto de 2021.