El duro camino que tenemos al frente

Juan Pablo Zúñiga H. | Sección: Política

Por momentos da la impresión de que nuestro país, y particularmente la clase política, padece de un nuevo mal que se suma al brote de insensatez: miopía colectiva. Hay una preocupación por el hoy, y, en el mejor de los casos, por los próximos seis meses. ¿Y después, qué? Sin contar con quién resulte electo, el camino de Chile hace rato que anda cuesta arriba y nada hace pensar que será llano el camino para quien llegue al Congreso y a La Moneda.

Habiendo -afortunadamente- quedado en el camino el candidato presidencial del PC, ahora le toca a Boric ser inflado por los medios y también por ciertos grupos influentes e inclusive próximos al mundo intelectual. En un reciente encuentro virtual entre el Sr. Boric y un conglomerado de emprendedores, de acuerdo con La Tercera (“Los pormenores de la reunión de Boric con Endevour y su acercamiento a las startup”, 20 Julio 2021), el candidato ha mostrado un acercamiento al mundo empresarial. Si bien este conglomerado -cuyo compromiso con el desarrollo nacional es loable y fundamental- señala no tener afiliación política, resulta preocupante el eventual espaldarazo a un candidato que no se pronunció en lo absoluto con la destrucción de miles de negocios y pymes, más aún, festinó con ello. Ya sea porque fueron encantados por la juventud del candidato o por el apoyo que éste posee de otros emprendedores abiertamente frente amplistas, lo medular es que con el historial del Sr. Boric, me resulta poco creíble su repentina gran vocación empresarial.

En línea con lo anterior, ante la nueva asonada insurreccional, incitada y promovida por Campillai -que tiene la osadía de ser candidata a senadora- el silencio de Provoste, y también de Boric, quien, más aún, defiende a los destructores de emprendimientos y propiedad privada llamándolos de “presos políticos” o “presos de la revuelta”, el eventual apoyo a este último por parte de emprendedores resulta paradojal. Por lo tanto, o se trata de miopía consciente, es decir, selectivamente escoger lo que se desea y lo que no se desea ver, o es un grave proceso de normalización de la violencia.

La pérdida de visión de mediano y largo plazo ha llevado a que muchos candidatos no consideren el duro escenario que tendrá el Congreso y el ejecutivo en el próximo período considerando que recibirán un país con endeudamiento altísimo, un clima de división interna de proporciones peligrosísimas y una Convención Constitucional que aspira a convertirse en asamblea constituyente. A esto se suma la gravísima crisis hídrica. Habiendo ya pasado la mitad del invierno, la prácticamente nula pluviosidad en la zona central augura un futuro muy difícil en términos hídricos a no ser que se tomen medidas radicales, no sólo de ahorro sino de innovación tecnológica, que requieren atención inmediata. Tenemos el ejemplo de naciones como Israel que han sabido sortear este problema, el cual hace más de una década debíamos de haber comenzado a tratar. Como es de esperar, los candidatos de izquierda y los propios convencionales, que nunca se han caracterizado por ser buenos gestores, sólo proponen palabrerías. Solamente los Republicanos cuentan hoy con una propuesta concreta a este respecto.

Sí, el camino por el que Chile transita hoy es difícil y lamentablemente seguirá siendo cuesta arriba. Si queremos avanzar, necesitamos tracción para llegar al llano y desde allí seguir avanzando. En tiempos difíciles se requieren medidas extraordinarias. Solamente aquellos que tiene la convicción, la valentía y que buscan el bien común de la nación, son capaces de adoptarlas con coraje, aunque resulten desagradables y abominables para los llorones de siempre. Solo estos serán los que tendrán las mejores chances de hacer posible el proceso de reconstrucción nacional. La integridad y el futuro de nuestro país están en juego. Haga parte de la solución, comenzando por votar responsablemente.