Se lo advertimos

Juan Pablo Zúñiga H. | Sección: Política, Sociedad

La noche del 1 de julio de 1520, las fuerzas de Hernán Cortés fueron emboscadas por guerreros aztecas en Tenochtitlán, quedando dicho evento registrado como “La noche triste”. Siglos después, el 8 de diciembre de 1941, en sesión extraordinaria, el presidente Franklin D. Roosevelt declaró “Ayer, 7 de diciembre de 1941, un día que vivirá en la infamia, los EE.UU. fueron atacados repentina y deliberadamente por fuerzas de aire y mar del imperio del Japón”.

El 4 de julio de 2021 fue un día triste, un día que para la historia de Chile vivirá en la infamia y en la vergüenza. Treinta carabineros heridos, acorralados, agredidos y huyendo de hordas de terroristas munidas de bombas, bolones de acero, hondas, fierros, adoquines y cualquier elemento contundente capaz de herir y matar, al mismo tiempo que, como de costumbre, iracundos constituyentes de izquierda lloriqueaban por la supuesta represión. Lamentablemente, no pasan de 50 los constituyentes con condiciones técnicas y morales como para hacer un trabajo decente; en el resto se cuentan personas llenas de odio y rabia, analfabetos funcionales, payasos, individuos con causas judiciales pendientes y hasta asesinos, ¿qué bueno puede salir de ello?

Una orquesta juvenil, compuesta por el futuro de Chile, orgullosos tocando sus instrumentos interpretando el Himno Nacional siendo pifiados. Aquellos que pifiaron no merecen ser llamados chilenos, más aún, a ellos mismos les avergüenza ser chilenos, pero para recibir el suculento sueldo de constituyente que les dará el Estado de Chile, lo reciben jubilosos. Llamados a formar un estado plurinacional. ¿Será que alguna vez tomaron un libro de historia y estudiaron los desastrosos efectos del plurinacionalismo, como lo fue el caso del Imperio Austrohúngaro? Qué iluso de mi parte al pedirle un mínimo de conocimientos y estudios a un grupo de desaforados que poseen una mente prolífica para discursos incendiarios, pero que carecen de cualquier preparación moral e intelectual. ¡Pero qué se han imaginado estos 100 personajes ignorantes intoxicados por el alucinógeno del triunfo que les dio el voto de una minoría como para venir a informarnos que van a refundar Chile y que vienen a constituirse como un poder paralelo! ¡Qué se han imaginado como para venir a exigir libertad e indemnización a los terroristas del estallido delictual, mientras los chilenos que lo perdieron todo, los empresarios que lo perdieron todo, los fieles que sufrieron la pérdida de más de 100 iglesias son largados a la deriva sin indemnización y sin siquiera un perdón! Sólo me cabe decir que están jugando con fuego.

Se los advertimos. Les advertimos de la importancia que tenía rechazar, y nos llamaban de fanáticos y retrógrados, que estos eran nuevos tiempos y que nuestros recelos por las izquierdas eran infundados. Les advertimos que votar apruebo era abrir las compuertas de un dique de odios, resentimientos y rencores astutamente alimentados y aprovechados por los mismos de siempre, que sería imparable. Lamentablemente, muchos jóvenes sub-35, que sólo han sabido de prosperidad y bienestar nacional, en su ignorancia juvenil, creyeron que serían protagonistas de la refundación de un nuevo Chile y nos lanzaron al abismo. Hay registros y evidencias de sobra como para darse cuenta hacia dónde nos quiere conducir el progresismo y las izquierdas más radicales. Sólo cabe apelar a todos esos jóvenes incautos que cayeron en el engaño, y también a muchos adultos cobardes que se dejaron llevar por el miedo de las izquierdas iracundas, que recapaciten y enmienden su error.

Lo que vimos el 4 de julio fue patético, grotesco y de un nivel de ignorancia e irracionalidad nunca visto en nuestra historia. ¿Qué es lo que nos queda? Nos queda prepararnos para largos 12 meses de un circo agrás, 12 meses de irracionalidad y odios desatados y 12 meses que quedarán como un amargo paréntesis en la historia de nuestro país. También nos queda el plebiscito de salida.