Votos, votos, los necesitamos

Gonzalo Rojas S. | Sección: Política

A una semana de las importantísimas elecciones del 15 y 16 de mayo próximos, todos nos seguimos topando con gente amiga -y muchas veces de buen corazón y con buena orientación vital-  que nos dice que no, que no irá a votar, que no va a perder su tiempo. (Por supuesto, muchas son personas que viven en estado de queja crónica).

Nos quedan unos pocos días para convencer a esos apáticos, de la eficacia que pueden tener las cuatro rayitas del fin de semana tan esperado.

Por una parte, lo obvio: en elecciones de tantísimos candidatos para cada cargo, la dispersión de sufragios será enorme y, por lo tanto, cada voto vale mucho más: cuando su candidato compite con otros dos, que saque 1.300 o 1.301 es de poca relevancia; pero cuando enfrenta a 30, 40 ó 50, cada unidad a su favor puede ser decisiva, tanto dentro de su propia lista como en el conjunto de los electos para cada cargo por comuna, distrito o región.

En segundo lugar, si logramos convencer a los apáticos ahora, en este fin de semana previo, seguro que esa persona le trasmitirá nuestros argumentos a más de alguien que podría estar en su misma postura de indiferencia. Quizás un voto termine siendo una cadena de dos o tres más. Todo suma.

A continuación, consideremos que cada elector experimentara desde la noche misma de los cómputos -y sabiendo que quedan otras muchas elecciones este año-  el doble deseo de involucrarse más en los próximos comicios, así como de comprometerse en acciones de bien común en los próximos meses, incluso más allá de la mera ayuda electoral a candidatos a diputados, a senadores, a Cores o presidenciales. Es una reacción lógica: se gane o se pierda con los votos de este 15-16, queda picando el bichito de cuánto más puedo hacer de aquí en adelante. Y tal como está el país, en estado de disolución acelerada, sólo un egoísta consumado -ciego, además-  querría restarse.

Sumemos a los argumentos anteriores que cada elector efectivo por nuestras ideas ponderará en su conciencia si votó o no con la debida formación, si conocía bien o no las implicancias de marcar por las personas que escogió. Es decir, se preguntará si no es acaso necesario aprender más, leer más, formarse mejor. Y pedirá entonces ayuda –sucede con mucha frecuencia- para incorporarse a alguno de los grupos de formación de Foro Republicano.

Y, finalmente, en una de ésas, quizás algunos electores se planteen: ¿y no debiera ser yo candidato para la próxima? 

Saque la cuenta, por el contrario, de todos los grandes males que implican la apatía y la indiferencia.