Breve diccionario de tergiversaciones lingüísticas

Joaquín Muñoz L. | Sección: Política, Sociedad

Las palabras generan realidades, ya lo decía Vladimir Ilich Blank Ulianov, más conocido como Lenín.  Este prócer de las tiranías comunistas tenía una máxima: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.  Gran concejo para quienes no tienen argumentos y quieren “cambiar la sociedad en que viven”.  Si la fórmula de Lenin se basa en una mentira repetida mil veces, ese cambio de la sociedad no tendría por qué ser un cambio positivo, más bien, negativo.  Es poco probable que la mentira dé origen a algo positivo, y, si le agregamos el odio declarado del marxismo-leninismo, todo saldrá absolutamente mal.  El cambio deseado no será más que una distopía, cuya búsqueda, tarde o temprano, derivará en un régimen totalitario o una deconstrucción generalizada.  Vale la pena esta pequeña introducción para entender el constante “emborrachar la perdiz” de la izquierda.

Ya que no es posible publicar un diccionario de las manipulaciones lingüísticas izquierdistas, y no por falta de éstas, sino por su gran cantidad, estimados lectores, me limitaré a escribir sobre las más atingentes a las próximas elecciones y al momento actual.  Dicho de otro modo, la terminología que debemos tener presente al momento de votar en los próximos meses o incluso años.  Estas definiciones no corresponden a las usadas en la academia o en la política seria, sino a lo que se refieren los izquierdistas y no dicen públicamente, a los significados subyacentes y no patentes.  En varios casos, también llevan una explicación o análisis.

Autonomía progresiva: derechos que el Estado les dará a los personas a medida que vayan creciendo, aunque sus padres o tutores legales no estén de acuerdo.  Simplemente, desobediencia progresiva, una estocada final a la familia y el concepto de autoridad.

Cambio en el orden de los apellidos: medida feminista que busca cambiar la identidad tradicional de la familia, no vetada por el Gobierno.  Supuestamente en favor de las mujeres, pero que no las beneficia en nada porque no tiene ninguna utilidad.  Además, las mujeres, como parte integrante de la sociedad, se perjudicarán con los incentivos perversos de esta medida.  ¿Cuántos delincuentes o terroristas se cambiarán los apellidos para eludir a la Justicia?  Muchos, cuyas acciones dañan por igual a hombres y mujeres.  Esta ley sostiene que quienes estén siendo procesados deben informar su deseo de cambiar el orden de sus apellidos, ¿acaso un delincuente le va a facilitar la acción a la Justicia?  Otra deficiencia es que solo quienes sean procesados o condenados por delitos sexuales no podrán cambiar el orden de sus apellidos, o sea, esta norma legal es fruto de la ideologización.  Si bien los delitos sexuales son gravísimos y son cometidos casi solo por hombres, no son los únicos delitos; parece que los legisladores y el Gobierno no supieran que existen las estafas, asaltos, asesinatos, robos, etc.  Muy presto el ministro Hernán Larraín dijo: “No queremos que nadie ocupe esta ley para escabullir sus responsabilidades”.  ¿En qué mundo vive?  Hablando de nombres y apellidos, muchos recordamos con simpatía o admiración a un señor de nombre Hernán Larraín, quien, desde la FEUC, fuera fundamental en el movimiento estudiantil anti-UP; después se le vio como profesor de Derecho en el Campus Oriente de la Universidad Católica, y, finalmente, apareció dándole indicaciones en favor del General (R) Pinochet a Joaquín Lavín desde un costado de un escenario.  Hoy nadie sabe dónde está, no confundir con el actual ministro de Justicia. 

Sobre el tema del orden de los apellidos, nadie ha dicho lo más importante: que lejos de dignificar o elevar el rango de la madre, o sea, de la mujer, lo denigra -obviamente desde una perspectiva tradicional-.  El origen de los apellidos se debe a la necesidad de resaltar un origen, que debía ser el linaje paterno, no el materno, ya que todos sabían quién era la madre del recién nacido.  Todos la vieron embarazada y varios la vieron dar a luz, en cambio, nadie podía dar fe de quién era el padre, o sea, había que mencionarlo a cada rato para que se tomara conciencia.  Solo la madre sabía quién era el padre.  Un niño recién nacido no se parece mucho a su padre adulto.  Este hecho produjo lo antes dicho.  De ahí, los apellidos patronímicos, por ejemplo, Martínez, hijo de Martín.  En el fondo, la cosa era muy simple: si la madre estaba casada con Martín, el niño era de apellido Martínez.  Lo mismo ocurría con los apellidos que usaban la preposición “de”.  Cuando no se firmaba con el apellido paterno, significaba que el padre era desconocido o indeterminado, por lo tanto, el linaje paterno no tenía importancia.  La madre quedaba así “deshonrada”.  Puede que este raciocinio no tenga mucho sentido en la actualidad, pero no deja de ser una defensa de la identidad tradicional de la familia frente a la deconstrucción del neomarxismo.

Causa mapuche: expresión del indigenismo más radical, cuyo fin no es dignificar a nadie, sino crear un Estado independiente (los activistas de esta causa lo declaran explícitamente).  Para sus fines cometen delitos terroristas por razones políticas y raciales, o sea, delitos de lesa humanidad.  Esta causa no cuenta con el apoyo del pueblo mapuche, su representación en bajísima.  Los mapuches se sienten chilenos en su inmensa mayoría, quieren vivir tranquilos y electoralmente apoyan a los políticos de centroderecha o derecha.  Además, ningún activista les ha pedido su opinión.

Convención constituyente inclusiva y representativa de todos: convención arreglada para incorporar cuotas que puedan aumentar la presencia de izquierdistas.  Es imposible que la convención nos represente a todos, porque los independientes no pueden competir con la maquinaria electoral de los partidos.  Además, el ciudadano de a pie está preocupado del día a día.  Fueron muy pocos los independientes de verdad interesados en ser constituyentes, en cambio, los independientes que van de candidatos son, en su mayoría, del mundo político.

Convenios con la ONU: cesión de soberanía jurídica a un organismo internacional en manos de una burocracia izquierdista.

Democracia: sistema de gobierno cuando los zurdos ganan las elecciones; si pierden, es dictadura o tiranía.

Educación sexual integral: libertinaje sexual que se enseñará en los colegios a los niños sin importar la edad ni la opinión de sus padres o tutores legales.

Estallido social: estallido subversivo o insurreccional, cuyo fin fue derrocar al Gobierno elegido legítimamente.  Según consta por los análisis y las declaraciones de varios personeros de izquierda, fue todo organizado, lo que no cuadra con un estallido social, pues, éste es espontáneo.

Fascista o ultraderechista: cualquiera que no sea de izquierda.

Movilización social: fenómeno de masas que la izquierda usa para generar cambios políticos mediante la violencia. 

Nacionalización de los fondos de las AFP: estatización de los fondos de los cotizantes.  Los fondos no son de las AFP, sino de los cotizantes, los que conforman la nación, o sea, los fondos ya están nacionalizados.  Por tratarse de una estatización, es una expropiación, pero bien sui generis, sin pago de por medio.  Simplemente, corresponde a un “robo legal”.

Política de inmigración de Bachelet: incorporación de electores de izquierda cuando los inmigrantes ya puedan votar; aumento de problemas sociales, como los campamentos, para tener clientelismo electoral; ingreso de activistas zurdos (comprobado); mano de obra barata.  Lo peor de todo es el reemplazo demográfico de la población chilena.  Todo con la gentileza del Servicio Jesuita a Migrantes, entre otros. 

Proceso constituyente: proceso para aprobar una Constitución castro-chavista que ya está escrita.  En realidad, se trata de un proceso instituyente, que además será forzado por la violencia, según anticiparon los comunistas.  Carece de legitimidad democrática desde sus inicios porque es el fruto de un movimiento violentista. 

Pueblo: masa informe, ojalá enardecida.  “Tontos útiles”, siguiendo la terminología de Lenin.

Pueblos originarios: pueblos indígenas precolombinos, esta definición se olvida de los otros pueblos originarios, los europeos.  Chile es fruto de una mezcla, y el aporte más influyente genética y culturalmente es el europeo.

Reforma de Carabineros: reestructuración de Carabineros, cuyo fin es crear una policía popular, algo como el GAP.

Reforma tributaria: simple y vulgar alza de impuestos para tener más recursos a los cuales echar mano.

Tolerancia: acción de aceptar cualquier cosa de la izquierda, incluye saqueos, quema de iglesias, destrucción de monumentos, asesinatos, etc.  Como contraparte, la intolerancia consiste en realizar cualquier acción que moleste a la izquierda, aunque sea tan inofensiva como ondear el Pabellón Nacional.

Cuando vaya a votar, tenga presente este breve diccionario, así sabrá bien por qué y por quiénes estará votando.  De lo contrario, no podrá quejarse si nuestro querido Chile se termina por ir cuesta abajo.