Juez preñado de marxismo

Gonzalo Rojas S. | Sección: Política

Esta semana se han dado a conocer las respuestas del juez de garantía, Daniel Urrutia, a una entrevista que le ha realizado un candidato a la Convención Constituyente.

Todas las advertencias que han hecho en su momento Adolfo Paúl y Hermógenes Pérez de Arce sobre la infiltración marxista en el Poder Judicial, han quedado ratificadas por las palabras de Urrutia, quizás las más reveladoras que se haya conocido en boca de un juez.

¿Es que acaso una persona involucrada con cierta ideología no puede ser juez? En concreto, ¿es que acaso los marxistas no pueden ser jueces? 

Depende. Si en un juez en cuanto ciudadano una ideología resulta ser sólo la guía para su comportamiento electoral, no hay problema alguno. En todo su derecho está. Pero si la ideología se transforma en el criterio para tomar decisiones sobre materias controvertidas o, más importante aún, para dictar pautas públicas sobre cómo debe estructurarse el Poder Judicial  -sin tener la personería para hacerlo-  resulta evidente que su ideología ha comenzado a invadirlo de modo tóxico, privándolo de la independencia que los ciudadanos esperamos encontrar en sus actuaciones.

Por cierto, la hipótesis recién formulada se hace realidad en todo juez de ideología marxista -por la misma naturaleza totalizante de esa mirada-  lo que lo inhabilita para ejercer rectamente su tarea, por el gran perjuicio social que causa.

¿Qué ha dicho el juez Urrutia y en qué medida sus planteamientos son marxismo puro y duro, aunque sujeto a las modalidades de sus ‘renovadores’ contemporáneos?

Tenemos, probablemente, el sistema judicial más arcaico del planeta. Estamos junto con Honduras. Tenemos, más o menos, el mismo sistema. Y bueno, uno diría que ha funcionado… para la elite”. O sea, un sistema judicial que consolida la hegemonía de los poderosos.

Está construido sobre el abuso de ciertas capas. En un principio eran los peninsulares y luego la elite criolla, que siempre se basó a una distinción de clase y raza. Eso no ha cambiado hasta el día de hoy. ¿Cuál es el paradigma de juez? Blanco, hombre, heterosexual”. Es decir, Urrutia estima que el Poder Judicial reproduce la lucha de clases y, en particular, el juez asume la categoría de género explotador que el marxismo ha incorporado desde el feminismo.

No basta con una reforma, sino que tiene que existir una refundación. Hay que empezar a pensar de cero, en cómo tienen que ser las personas y la estructura que lo sostiene para garantizar los derechos de las personas”. Al igual que respecto de Carabineros, la consigna marxista no es ‘reforma’ sino ‘disolución y refundación’, del mismo modo que lo hicieron los bolcheviques con el Poder Judicial ruso, ya en 1918.

Tenemos que recuperar como sociedad el poder de nombrar a los jueces, porque el poder que tienen (los magistrados) es demasiado grande. Les estamos entregando la libertad, la propiedad, la vida, la familia para que decidan. Es muy grande su poder”. Como no ha existido el poder popular de nombramiento de jueces en Chile, la palabra ‘recuperar’ es un engaño; sólo resulta evidente el propósito de Urrutia de llegar a tener auténticos tribunales populares.

“Todo manifestante, que salió producto del estallido, era objeto de ataque de la fuerza represiva. Esa es una situación que se vivió y no lo digo yo, sino que está escrito en cuatro informes de DD.HH”, y agregó que “la estructura de Poder Judicial no está hecha para esto, está hecha para ayudar a la represión y no para pararla”. Más claro imposible. Desde su ideología, el juez Urrutia ya ha juzgado; no tiene disposición alguna a conocer los hechos y, por lo tanto, queda inhabilitado en su función judicial.

¿Cuántos Urrutia hay en el Poder Judicial? ¿Cuántos en La Araucanía o a cargo de procesos referidos a la insurrección violenta del 18 de octubre de 2019?