¿Una Constitución para Chile? Chile ya está constituido

Gonzalo Ibáñez SM. | Sección: Historia, Política

Sin duda, uno de los temas más recurrentes durante este mes de marzo hasta las elecciones del próximo 11 de abril, será el de la constitución que Chile espera darse y para lo cual elegirá ese día a la comisión encargada de la redacción de un proyecto que se someterá a la ciudadanía cerca de un año después. Pero, la pregunta cae de cajón ¿es que Chile no está constituido? Y si no lo está ¿Qué es entonces Chile para darse todo un programa y fijar plazos para redactar esta constitución? Si no estamos constituidos ¿por qué lo que se acuerde en las diversas instancias será obligatorio para todos?

Aunque parezca una paradoja, la realidad nos exige reconocer antes de entrar en la aventura de dotarse de una constitución de papel, que Chile ya es una nación dotada de una constitución efectiva, anterior a cualquier documento que lleve el nombre de tal por muy solemne que éste sea. Es vital dejarlo en claro antes de embarcarse en un proceso como el que se avecina. Que nadie tenga la osadía de creer que una constitución de papel puede partir de cero, hacer abstracción de cualquier realidad y redactar cualquier cosa. Chile es una nación que inicia su historia -y, por ende, su constitución- en una fecha tan lejana como fue la del día 11 de febrero de 1541 cuando la hueste española encabezada por Pedro de Valdivia decide quedarse en este territorio y fundar aquí una nueva nación en conjunto con la variedad de pueblos que en él habitaban. Fue el factor español el que aglutinó lo que antes era una pura dispersión y fue el continuo mestizaje entre todas esas razas lo que dio origen a nuestra raza chilena.

Ya había sido un esfuerzo colosal la llegada de ese grupo de españoles a estas latitudes, atravesando desde el Perú los terribles desiertos del norte. Y no menos lo fue su asentamiento en este territorio y la tarea de ir haciendo nación en medio de condiciones muy duras y hostiles. Sin embargo, dando los primeros pasos de nuestra historia, esa generación salió adelante, cumplió con su propósito y entregó a las generaciones que la sucedieron una nación que ya contenía en germen todo lo que ella iría siendo y sería más adelante.

Después, estas generaciones siguientes, todas caracterizadas por un fuerte mestizaje, continuaron la tarea iniciada por sus predecesores y fueron dando forma paulatina a lo que es el Chile de nuestros días. Nosotros, que formamos la generación actual de este país, no nos podemos imaginar la cantidad de esfuerzos, de dolores, de angustias, de fracasos incluso, pero de éxitos, en definitiva, que han fructificado en el Chile que hoy nos acoge y que, por lo tanto, nos permiten el lujo de estar discutiendo acerca de cómo ha de ser la constitución de papel que va a encabezar nuestro orden jurídico.

Si queremos contribuir a esta historia de progreso y de consolidación de nuestra patria, comencemos por inclinar agradecidos nuestra frente de cara a los esfuerzos del pasado y, desde luego, busquemos en él los ejemplos que han de iluminar nuestro camino hacia el futuro. Después, podemos entonces comenzar a redactar algún escrito.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por el autor en su página de  Facebook.