¿Se le ha olvidado?

Juan Pablo Zúñiga H. | Sección: Política

Se escuchan los clamores de derrumbar el sistema. Políticos pagados con nuestros impuestos llamando a quemarlo todo. Que el sistema es injusto y sin oportunidad, que la nueva y caprichosa constitución supuestamente ajustada a los nuevos tiempos la construirán todos en pro de más igualdad. Que el capitalismo, que el neoliberalismo, que la constitución, que la dignidad. Antes que en este 2021 le sigan recitando esta interminable letanía que tiene a Chile agotado y al borde de un conflicto civil, antes de ceder ante el tsunami destructor de la extrema izquierda y perder la batalla cultural, estimado lector, déjeme recordarle algunas cosas:

¿Se le ha olvidado nuestro Metro, nuestras empresas, pequeños negocios y supermercados tornados en cenizas?

¿Se le ha olvidado los espacios públicos a lo largo de Chile depredados, rayados, bañados en orina y excremento, con banderas anarquistas y tornadas en tierra de nadie?

¿Se le ha olvidado los cientos de miles de chilenos que perdieron el trabajo, que perdieron la paz en sus barrios por las hordas de terroristas apoyados por la extrema izquierda y con apoyo logístico, financiero y material desde el extranjero?

¿Se le ha olvidado nuestras iglesias, templos y santuarios profanados, humillados e incendiados?

¿Se le ha olvidado la nueva iniciativa para profundizar el aborto y llevar a delante la eutanasia, haciendo de la vida humana un simple incidente?

¿Se le ha olvidado las multitudes desaforadas llamando a cada chileno de violador y a abiertamente desmontar la familia, considerándola una institución opresora y obsoleta?

¿Se le ha olvidado los cientos de miles de chilenos en la Araucanía sometidos al terror de la CAM, organización narco terrorista sustentada por las FARC y travestida de indigenismo?

¿Se le ha olvidado la pretensión separatista de la CAM, afrontando al Estado de Chile, con fusil en mano, ante la desesperación de miles de agricultores decentes y trabajadores, ante la mirada indiferente y cobarde del gobierno de Chile y ante el delirio de la extrema izquierda?

¿Se le ha olvidado las decenas de pequeños empresarios y transportistas que han sido asesinados, sólo por ser gente decente y trabajadora?

¿Se le ha olvidado los funcionarios de las fuerzas armadas escupidos, asesinados, carabineros quemados vivos, siendo atacados con fierros, bolones de acero, bombas molotov e inclusive ametrallados hasta morir, como el caso del Carabinero Naín y detectives de la PDI?

¿Se le ha olvidado las hordas de miles de inmigrantes ilegales que progresivamente le han cambiado la demografía a comunas completas, siendo miles de chilenos desplazados de su propio país?

¿Se le ha olvidado nuestra bandera ser incendiada, siendo utilizada como trapero e inclusive como papel higiénico?

¿Se le ha olvidado el festín de tergiversación de los medios de comunicación y falsos teóricos con su incesante presión para deslegitimar y derrumbar todo aquello por lo que usted ha trabajado, todo aquello que usted más ama como su fe, su familia, su trabajo, esa casa que adquirió con tanto esfuerzo, o los recursos invertidos en instrumento de capitalización para poder adquirir su casa propia o para su jubilación?

¿Se da cuenta a dónde apunta el plan de la extrema izquierda chilena, concertada con movimientos semejantes en el resto de América Latina? Si usted cree que apunta a apoderarse del botín llamado Estado, se equivoca, ya lo tienen capturado hace años. El objetivo es usted: apunta a desmontar su familia llamándola de institución opresora, apunta a sus hijos para continuar violentándolos en un proceso de adoctrinamiento que legitima la violencia como medio de acción, apunta a su fe, especialmente si usted es Cristiano, apunta a su propiedad, apunta a su lenguaje, a lo que dice y cómo lo dice. Sí, apunta al totalitarismo.

Viene un año difícil. Lo llamarán de fanático, de fascista (sin darse cuenta la izquierda que la promoción y legitimización del odio contra el otro que ellos promueven es la base del fascismo). Le dirán que usted está buscando una pelea donde no la hay, pero permítame decirle que, si se trata de defender todo aquello que usted más ama, de dar la buena pelea por esta batalla cultural, entonces sí, usted está listo para la pelea, una pelea muy particular, cuyo objetivo no es destruir al adversario, que dista de ser nuestro enemigo, sino que, y por ingenuo que parezca, persuadirlo a respetar, ver y, quien sabe, abrazar nuestra perspectiva. Hágalo con convicción y sabiendo que no está solo, somos miles, millones dispuestos a sacrificarnos por el bien, y cuando de eso se trata, tenemos al Todopoderoso de nuestro lado.

Inspirado en “Have you forgotten?” de Darryl Worley.