1978: Otra navidad complicada

Jaime Jankelevich | Sección: Historia

He querido recordar lo sucedido en una fecha similar a la actual porque, curiosamente, conocimos hace unos días la noticia que Argentina publicó 50.000 ejemplares del mapa con la nueva demarcación de la plataforma continental extendida que pretenden, más allá de las 200 millas, a fin de generar conciencia sobre su soberanía en Malvinas, Antártida y Atlántico Sur.

Chile reaccionó ante esta pretensión y envió en mayo una nota diplomática a Buenos Aires, en la que plantea que dicha pretensión, con los puntos que esboza como deslindes del trazado, no es oponible a Chile, lo que significa que nuestro país no la reconoce, por ser una declaración unilateral, y se reserva el derecho de determinar su posición en ese sector.

Si las pretensiones de Argentina son proyectar su plataforma continental más allá del llamado punto F, aquel acordado en el tratado de paz y amistad con los vecinos, se genera un escenario en el cual Chile también podría pretender los mismos derechos. Como dicen los periodistas, noticia en desarrollo.

Pero el recuerdo del ´78 es más que nada para agradecer a los que hicieron posible la paz, porque nos recorre un escalofrío recordar que exactamente en un día como hoy, 20 de diciembre, una providencial tormenta evitó que comenzaran las hostilidades, aunque no el fin del conflicto, ya que dos días después, el viernes 22, la escuadra argentina estuvo a pocas horas de enfrentarse con nuestra flota, lo que hubiera iniciado la temida guerra. Como sabemos, la oportuna y generosa intervención de SS Juan Pablo II, logró evitarla a último minuto.

En estos días en que todo lo que huele a autoridad está en cuestionamiento y degradado en prestigio, es importante destacar lo que se logró en 1978 para realzar la importancia que tiene contar con instituciones sólidas y con autoridades, políticos y personas, que por encima de cualquier interés personal antepongan el de Chile para lograr resolver los problemas y desafíos propios de la sociedad actual.

Es por esto, que estimo de toda justicia reconocer y estar agradecidos del Gobierno Militar, por evitar la guerra con Argentina. Fue el General Pinochet quien lideró exitosamente la estrategia para lograr la paz, intentando por todos los medios impedir el enfrentamiento, sin descuidar en ningún momento la defensa de nuestra soberanía.

Fundamentales también fueron, entre tantos otros, el Canciller Hernán Cubillos, don Francisco Orrego Vicuña, don Enrique Bernstein, don Helmut Brunner, don Santiago Benadava, don Sergio Onofre Jarpa. Igualmente, los altos mandos y oficiales de nuestras FFAA, a quienes represento en las figuras del Almirante Raúl López Silva, Comandante en Jefe de la Escuadra, quien lideró brillantemente nuestra flota de mar y en el General Ernesto Videla Cifuentes, de notable actuación y liderazgo en el difícil proceso de mediación, que culminó con la firma del Tratado de Paz y Amistad, el 29 de noviembre de 1984 en Ciudad del Vaticano.

Agradecimiento aparte a los miles de soldados, marinos, aviadores y reservistas que estuvieron dispuestos al sacrificio, por la causa de Chile. Un homenaje también a nuestros compatriotas de la región Austral, que fueron quienes sintieron más duramente la cercanía de la guerra y que ahora han tenido que soportar largamente confinados el sufrimiento de la pandemia.

Cuando volvamos a quejarnos porque no podremos celebrar Navidad con normalidad, los invito a pensar en lo que fue aquella de 1978 y agradecer en silencio a todos quienes hicieron posible el más grande regalo del que hoy disfrutamos: vivir en paz.

Vayan para todos Uds. mis deseos de una muy Feliz Navidad y que 2021 nos permita volver a reencontrarnos en paz y normalidad.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Líbero, el domingo 20 de diciembre del 2020.