Sobre ayudas y lealtades

Gonzalo Cordero | Sección: Política

Cuando hay situaciones complejas en el debate público, suelo revisar algún libro de Vaclav Havel; su lectura, iluminadora y reconfortante, se mantiene vigente a pesar de los años o las diferencias entre la República Checa de la segunda mitad del siglo pasado y nuestro país en la actualidad.  Su profundidad traspasa las capas exteriores para llegar a la esencia de las cuestiones humanas, reconocibles y aplicables en cualquier cultura y lugar.

En medio del abatimiento que me produjo la sesión de la Cámara de Diputados sobre el retiro de fondos previsionales -la verdad, no sé si me deprimió más el debate o su resultado- acudí a las páginas de Havel y, como siempre, su sabiduría se conectó con nuestra encrucijada: “si no intentamos todos descubrir o redescubrir o cultivar en nosotros lo que denomino ‘responsabilidad superior’, nuestro país acabará muy mal”.

Leo las explicaciones de algunos parlamentarios, particularmente de la UDI y RN, que justifican su apoyo al proyecto básicamente en dos razones: la angustiante necesidad de ayuda que tienen muchas personas y la lealtad que ellos profesan a sus electores. Lo primero es indiscutible, lo segundo es encomiable, pero como justificaciones son insuficientes, aun en el más indulgente de los análisis. Parafraseando una aguda frase que leí al profesor Felipe Schwember, podría decir que las convicciones desprovistas de perspicacia pueden conducir al bochorno o a dañar lo que queremos proteger.

Está muy bien ser sensible a las necesidades, es una obligación ser leal a la ciudadanía que se representa, pero todo eso es vacuo si no va acompañado de responsabilidad y un mínimo de perspicacia. Es obvio que rechazar el retiro de fondos no acarrea que se ignore la necesidad de ayuda, se están destinando miles de millones de dólares a ese efecto; también es obvio que toda ayuda es insuficiente, el punto es si retirar ahorros previsionales es una ayuda o un perjuicio. Para discernir esto, así como para percatarse que el problema no es un conflicto de lealtades entre trabajadores y AFPs, se requiere el mínimo de perspicacia a que alude Schwember y luego, para votar en contra, la responsabilidad de que nos habla Havel.

Retirar ahorros previsionales es también un crédito, cuya tasa es la rentabilidad que obtendrá el fondo hasta la jubilación, sus cuotas se pagarán mensualmente como descuento de la pensión durante todos los meses que esta dure. Para un trabajador de bajos ingresos y que luego viva muchos años, es casi usura. Pero ver esto, desde la segura distancia que provee la posición de parlamentario, requiere la voluntad de informarse y actuar en consecuencia demanda valor. Todavía tienen tiempo de ayudar y ser leales de verdad. O “nuestro país acabará muy mal”.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera, el sábado 11 de julio del 2020.