Carentes de sentido histórico

Gonzalo Rojas S. | Sección: Historia, Política

Los desaciertos y claudicaciones de los dirigentes de Chile Vamos que han participado de los acuerdos en relación al plebiscito para dar inicio a un eventual proceso constituyente, son de todos conocidos.

Pero hay uno en el que se ha reparado menos, casi nada.

Cuando se hizo imposible cumplir con la fecha originalmente establecida para el plebiscito programado para el 26 de abril pasado, los políticos de los partidos de Chile Vamos no encontraron nada mejor que aceptar que se colocaran las nuevas fechas para la campaña previa y para el acto ciudadano mismo (entre finales de agosto y finales de octubre) justo en coincidencia con los dramáticos acontecimientos que tuvieron lugar exactamente hace 50 años.

¿Pensaron estos genios de la negociación que la campaña estaría tomando vuelo en momentos en que toda la izquierda se estaría aprestando a celebrar la victoria de Allende aquel 4 de septiembre de 1970?

¿Consideraron por un instante que el 25 de octubre de 1970 -sí, ¡el 25 de octubre!- murió el general René Schneider como consecuencia de un atentado que ha sido unánimemente atribuido a un grupo anti allendista, haya habido o no infiltrados en la maniobra?

¿Tuvieron en cuenta que justamente en los días finales de octubre de 1970 se pactaba el Estatuto de Garantías Constitucionales, el último gran acuerdo entre la Democracia Cristiana y la Unidad Popular? 

Nada obligaba a los negociadores de Chile Vamos a sujetarse a la fecha que escogieron, el 25 de octubre. Nada los obligaba, pero dos tendencias fuertes sí los condicionaban. 

Por una parte, su carencia de la comprensión de la importancia del sentido histórico de los conflictos en Chile, debilidad a la que han contribuido decisivamente un grupo de jóvenes intelectuales de derecha, con su majadera crítica al uso de los esquemas de la Guerra Fría. Al usar esa categoría en todas sus aproximaciones al momento actual, han ayudado a despojar a los dirigentes de Chile Vamos del sentido agonal que ha tenido y seguirá teniendo la confrontación con las izquierdas.

Y por otra, la débil comprensión que exhiben los dirigentes de Chile Vamos de la importancia que tienen las imágenes y los recuerdos en la conformación de los sentimientos, afectos que a su vez se expresan en votos a favor de quienes mejor manejan el ambiente de los símbolos y las sensaciones: las izquierdas.

Si la campaña efectivamente se realiza en septiembre y octubre, prepárese para slogans como éste: “A 50 años de la victoria de Allende y a 50 años del crimen de la derecha contra Schneider, el pueblo comienza a recuperar su auténtica Constitución: vote apruebo.”

Será otro motivo para volver a decirle a esos políticos irresponsables: ¡En qué tremendo enredo metieron a Chile!