¿Y qué sabe de la influencia chavista-castrista?

Gonzalo Rojas S. | Sección: Política

Autoridades del gobierno Boliviano acaban de dar a conocer la red de conexiones que han descubierto entre la influencia extranjera y los hechos de violencia desatados en el hermano país a raíz de la salida de Evo Morales. Y apuntan a Venezuela.

¿Y en Chile? Nada.

El gobierno sigue hablando de que hubo una acción programada para atacar el metro y los supermercados, pero es evidente que no ha querido dar a conocer qué sabe de las relaciones entre el Chavismo y el Castrismo, por una parte, y los pirómanos, saqueadores y depredadores criollos, por otra.

Hay tres posibles explicaciones.

La primera: no han logrado saber nada. Sería penoso que ninguno de los hilos que ya se han ido tirando hubiese conducido a esas relaciones. Esa sola posibilidad, es obvio, animará a los agentes foráneos y sus adláteres nacionales a dar uno o más golpes en el futuro próximo cuando y donde quieran.

La segunda, más alentadora, es que el silencio se deba a que las investigaciones van por buen camino, lo que aconseja no decir ni pío, justamente para no romper las líneas de vinculación ni desalentar la falsa confianza que otorga a los violentistas extranjeros el sentirse ignorados.

La tercera es, lejos, la peor. ¿Podría el Gobierno haber tomado la decisión de no dar a conocer la información que posea al respecto, para no incitar a una nueva ofensiva comunista-anarquista? ¿Estaría especulando con una disminución por inercia de la violencia, proceso que se revertiría si el PC se ve públicamente señalado como el eslabón faltante?

Sólo tenemos un antecedente que avala, desgraciadamente, esta  última opción, y es la conocida influencia que la Moneda ejerció para que el Tribunal Constitucional no declarara admisible el requerimiento contra la bancada comunista por infracción a la Constitución. De haberse tramitado ese recurso, quizás cuántas cosas se habrían comenzado a saber.

Por ahora, sólo cabe insistir ante las autoridades políticas para que definan una posición en la materia.

No parece que nos vayan a responder invocando la primera o la tercera opción. Habrá que presionar, entonces, para que el resultado de la segunda sea pronto conocido. Chile merece saber la magnitud de la agresión exterior de que está siendo objeto.