¿Negacionismo de la memoria?

Hernán Páez | Sección: Educación, Política, Sociedad

La memoria histórica y los derechos humanos son conceptos que apelan a una nación y a la humanidad en general. Teniendo en cuenta eso, ¿por qué un museo que se sostiene en base a una memoria particular y excluyente, y a los derechos de un grupo acotado, ostenta el título de “la memoria y los derechos humanos”? En este sentido, el exministro Rojas tenía razón en sus dichos.

Consta por testimonio de los sentidos que en el debate público lo que se cuestiona no es la veracidad de los hechos expuestos por el museo, pero tampoco hace falta que mientan respecto a ellos para que, recortando eventos de un gran cuadro histórico y, teniendo en cuenta dicha descontextualización, creen un relato incompleto y adulterado de la historia. Esto le genera capital político a un sector mediante gravísimas omisiones. ¿Cómo explican, si no, la ausencia, en dicho museo, del relato de los atentados al exministro Edmundo Pérez Zujovic y a Jaime Guzmán, como a tantos otros? ¿Cómo podrían explicar una evidente amnesia selectiva respecto a los atentados a miembros de las FFAA y a civiles, previos y posteriores al 11 de septiembre de 1973, orquestados por milicias de izquierda radical? Se me vienen a la memoria el atentado a un tren en Queronque en 1986 con 58 muertos y cientos de heridos, y las trampas cazabobos que dejaban estos grupos extremistas en poblaciones con la clara intención que fueran accidentalmente detonadas por militares o carabineros, pero que en la práctica hasta un niño podría haberlas hecho estallar. ¿Acaso ellos no tenían derechos humanos? ¿No hay memoria para ellos?

Reitero que no se está negando la historia, se señala que la de este museo es fragmentaria y parcial.

Respecto a este desconocimiento por la significación de la memoria y de la causalidad histórica, el historiador Jaime Eyzaguirre señalaba: “La historia es a la manera de un tapiz recio y apretado, en que el sentido y la unidad del dibujo dependen de la trabazón hermética de todos sus hilos. Arrancar por entero uno de ellos o cortarlo en su camino es dejar trunca o en desvanecimiento la imagen que se quiso reproducir.«