Inmigración ilegal

Axel Buchheister | Sección: Política, Sociedad

Un video mostrando el masivo descenso de turistas haitianos desde un avión generó un fuerte debate. Sin embargo, en éste se omitió un aspecto relevante, que por sabido no se menciona: que se está infringiendo la ley. Porque no hay quien ignore que no vienen de paseo sino a quedarse en precarias condiciones. Es decir, que no son turistas sino que inmigrantes ilegales.

Si aviones repletos de chilenos llegaran en esas condiciones a Europa, por ejemplo, sin duda que a la larga no los dejarían entrar, aunque no requieran una visa de turista. En cualquier país desarrollado se rechaza el ingreso de quienes se sospecha que simulan ser turistas, para lo cual se chequea el cumplimiento de ciertos requisitos y estándares.

Pero aquí no se hace. ¿Por qué? Puede ser simple desidia, que se esconde bajo la explicación que no hay facultades, lo que no es efectivo desde el momento que algunos resultan reembarcados, o bien porque hay intereses detrás de esta inmigración irregular. Las aerolíneas que los traen dicen cumplir con la ley, lo que formalmente es cierto, aunque su negocio parte de la base que hay una política de control laxa, porque si hubiera un cumplimiento riguroso, tendrían que asumir la repatriación de muchos de estos supuestos turistas; y ahí mismo se acabaría el negocio.

Promover o aceptar la inmigración a cualquier costo es complejo y puede tener consecuencias para los chilenos. Porque si se trata de ciudadanos de Haití que vienen a trabajar, aportar y surgir, bienvenidos sean. Pero la realidad es otra. En noviembre pasado estuvo en Chile un senador haitiano, que advirtió a sus compatriotas “que aquí ya no podrán encontrar lo que buscaban”; que nuestro país ya no representa una opción al no ser una economía capaz de absorber el capital humano que emigra desde la isla. Pero siguen llegando y la razón es simple: siempre estarán mejor aquí que en Haití, por las redes de apoyo social que los benefician y que no existen allá. Y de eso es lo que tenemos derecho a cubrirnos, porque nos puede salir caro, lo que no tiene nada que ver con un hipotético racismo.

Sectores de izquierda tienen un objetivo ideológico en amparar esta inmigración y los costos no les importan. Así, buscan que la ley no se cumpla, desacreditándola por haber sido aprobada en el gobierno militar, con una óptica de seguridad nacional que restringe el arribo de turistas e inmigrantes. Si fuera así, ¿cómo es que tantos nos visitan o se han radicado sin inconvenientes? Agregan que sería necesario dictar una ley de inmigración más moderna –la típica consigna–, que otorgue derechos a los inmigrantes. Si los haitianos arriban por miles sin tener ningún derecho, cómo será cuando se consagren en una ley.

No se necesita una nueva ley, bastaría que se cumpla la que hay para entrar a Chile como turista, como se hace en cualquier país con leyes “modernas”.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera.