¿Somos flojos y lesos?

José Ramón Valente | Sección: Política, Sociedad

Los pocos que aún defienden la gestión económica del actual gobierno, aseguran que la inversión cayó por el bajo precio del cobre y que el empleo no sube porque la población está envejeciendo y ya no hay tantos jóvenes ni mujeres disponibles para aumentar la fuerza de trabajo. De manera que la única forma de recuperar el crecimiento es aumentando la productividad. Sobre este punto agregan que la productividad dejó de crecer hace 15 años, así que no es responsabilidad del actual gobierno y tampoco es algo que pueda resolverse fácilmente.

Lo último que me gustaría hacer es exculpar al actual gobierno del bajo crecimiento de nuestro país. Es más, creo que sus reformas y su impronta antiempresarial y anti sector privado son los principales responsables de la falta de progreso económico durante los últimos tres años.

Sin embargo, es cierto que la productividad dejó de aportar significativamente al crecimiento desde hace aproximadamente 15 años. Entre 1985 y 1998 más de un tercio del crecimiento de nuestro país puede ser atribuido al aumento de la productividad. Desde el año 2000 en adelante dicho aporte ha sido prácticamente nulo. Cabe preguntarse entonces si los chilenos nos volvimos flojos y lesos de la noche a la mañana.

Hay gente que cree en ese tipo de anomalías, así como hay gente que cree en el horóscopo chino. Comparado con 15 años atrás, los chilenos tenemos más educación, hemos viajado más, tenemos mucho mejor acceso a la tecnología, etc. Todos estos factores nos debieran hacer más productivos y no menos productivos. De manera que lejos de creer que los astros se han alineado en nuestra contra, mi interpretación es que en los últimos 15 años hemos puesto tantas piedras en el camino de nuestras empresas, de nuestros emprendedores y de nuestros trabajadores, que el resultado pareciera ser que somos más flojos y más lesos, en circunstancia en que la verdad es que estamos desperdiciando el valioso talento y experiencia de los chilenos que hoy viven ahogados por la regulación, la burocracia.

En medio del drama de los incendios, se produjo un evento que sirve para graficar este punto. Producto del ingenio y la experiencia de más de 30 años de Carlos Cárdenas Moya y del trabajo conjunto que realizó con sus compañeros de varias compañías de bomberos, se logró reducir los tiempos de llenado del Super Tanker.

¿Cuántos Carlos Moya existen en Chile cuyo talento y experiencia están siendo desaprovechados?

Si todos los trabajadores chilenos lograran reducir los tiempos en los que realizan sus respectivas labores, nuestra producción anual crecería cerca de un 20% y nuestro PIB per cápita pasaría de US$ 24.500 al año a US$ 33.500 al año. O sea pasaríamos a ser un país de ingresos similares a los de España y República Checa.

Podemos seguir pensando que una explosión solar nos hizo más tontos o que la única forma de aumentar la productividad es formar una comisión para que estudie el tema. Alternativamente podemos empezar a desmantelar las trabas burocráticas y regulatorias que tienen atadas las alas de nuestros trabajadores.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera.