Hubo varias cosas muy importantes en el acto del sábado 3 en el Paseo Bulnes.

En primer lugar, la ruptura de la inercia. La cantidad de personas (unos buenos miles) y la variedad de edades (desde adultos muy mayores hasta niños en sus coches, pasando por numerosos universitarios y secundarios) demostró que por fin se ha tomado conciencia de la gravedad de la situación y de la necesidad de involucrarse. Y eso que el horario, inmediatamente después de almuerzo un día de vida familiar, no era muy favorable. Si a lo anterior se suma el entusiasmo de los asistentes, no cabe duda que quedó lista la plataforma para próximas y mejores manifestaciones. La presencia de unos pocos políticos también le permitió a los asistentes saber quién es quién en esta cuestión fundamental.

En segundo lugar, la convocatoria amplia por parte de muy variadas denominaciones cristianas y de otras organizaciones, así como el planteamiento del acto basado en una mirada también amplia a la protección de la vida humana en todas sus dimensiones. Pero aunque la línea editorial emitida desde el estrado demostró una muy buena voluntad y una gran capacidad de sacrificio, puso poco énfasis en la lucha contra el aborto y mostró algo de contaminación con otros temas de contingencia en que los asistentes no tenían porqué estar de acuerdo.  Para una próxima ocasión es fundamental que se estudie mucho más detalladamente el guión del acto.

Además, también hay que consignar a los provocadores presentes. Varios sujetos premunidos de cámaras fotográficas inmortalizando en sus registros a personas concretas, a las que pretendían intimidar; un grupete de treinta jóvenes que habría querido entrar en la manifestación para agredir y sólo pudo hacerlo en las afueras; otro sujeto dotado de magnífica cámara, ayudante y micrófono que entrevistaba para ridiculizar en youtube. De fracasados hablaba. Supongamos que se refería  a los que prefieren la muerte sobre la vida. Y esta tendencia se va a ir haciendo cada día más intensa. Hay que estar preparados para enfrentarla con paciencia, serenidad y fortaleza.

Se siguen perdiendo batallas en las instancias legislativas, pero el sábado 3 se comenzó a disponer de un número cada día más importante de chilenos dispuestos a defender la vida cuando se les convoca con seriedad.