Uno de los tantos vacíos del proyecto de aborto y de las tantas maneras que convierten un proyecto supuestamente restrictivo en uno de aborto libre está en la causal de violación.

La violación es una situación reconocida por todos los sectores, como dramática. Una de las peores agresiones posibles hacia una mujer.

Se ha discutido largamente la proporcionalidad de matar a un ser humano para un supuesto alivio del sufrimiento de otro. Más allá de si se está de acuerdo en que el haber sido violada da derecho a decidir la muerte de otro ser humano, más allá de discutir sobre la inviolabilidad del derecho a la vida de todos, a mi me gustaría pensar que ninguna mujer mentiría sobre algo así, pero estaríamos siendo ciegos e ilusos.

La ministra Castillo declaró esta semana “Ninguna mujer va a mentir que fue violada por lograr una interrupción de embarazo”.

Analizando lo que ocurre en Chile podemos decir que sabemos que el aborto clandestino es una realidad. Sabemos que esas mujeres no abortan ni por riesgo materno ni por inviabilidad del hijo, por lo tanto no obtendrían el “derecho” a terminar con las vidas de sus hijos.

Sin embargo aún así abortan. Si existe una causal que no requiere mayor denuncia ni investigación, más bien sólo la palabra de la mujer, es bastante lógico pensar que más de alguna mujer falte a la verdad.

Por otro lado, si se revisan los términos por delitos sexuales entre Enero y Junio de 2015 disponibles en el boletín informativo del Ministerio Público, se observa que sólo en esos seis meses existen 358 casos de absolución. Es decir, casos donde el imputado fue encontrado inocente. Eso sin contar con casos donde por distintos motivos no se perseveró.

Está demostrado la existencia de abortos clandestino. Está demostrado que existen mujeres que no son sinceras con respecto a haber sido víctimas de agresiones sexuales. ¿Por qué no pensar que algunas de ellas no abusarán del sistema para poder abortar por esa causal?

La falta de rigurosidad para determinar si fue o no violación, sólo será el inicio de un proceso que llevará directamente al aborto libre y a la muerte de muchos niños cuyo único crimen es no ser deseados.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por Chile B, www.chileb.cl