La utopía de Gabriel Boric

Gonzalo Carrasco A. | Sección: Política, Sociedad

La jerarquía y el orden que la autoridad se encargaba se asegurar en el siglo XVI fue quebrada en el siglo siguiente con el surgimiento del progresismo. De ahí que el Marqués de Condercet señalará en el siglo XVII que “el progreso no podrá ser nunca detenido ni nada podrá hacernos volver atrás”. Es la divinización del progreso, en el sentido de que es independiente de lo que cualquier hombre en particular pueda hacer ¿puede haber algo más mitológico que una perfectibilidad del ser humano que llegue de manera ineludible?

Este progresismo (con características de mito utópico e irracional) transforma, según Chesterton, una justa idea de igualdad –el derecho de todos los hombres a ser tratados como tales– a una idea falsa y aun absurda: la igualdad de los buenos y los malos, de los inteligentes y de los mediocres, de los flojos y esforzados. Es una igualdad que pasa a convertirse de sueño a pesadilla.

Se suele señalar que la historia es “la ciencia de la desgracia de los hombres”, y la violencia marcada en el siglo XX también estuvo fuertemente influenciada por la corriente de pensamiento marxista. No han bastado los 20 millones de muertos en la Unión Soviética, los 65 millones de la República Popular China, los 150.000 en Cuba y el resto de Latinoamérica, porque la ideología izquierdista persiste aun, incluso con aires de novedad y reformulación juvenil.

Así pasa con Gabriel Boric e Izquierda Autónoma Magallanes, que queriendo revestirse de un nuevo ropaje joven y vanguardista, lo único que contienen son un marcado pensamiento marxista puro y duro, propio de los años 60’, reconociendo en su manifiesto que su propia fortaleza es dividir al país, compuesto por los muchos, con un vocero (Camilo Igor) que señala textualmente “la lucha de clases es inherente a una sociedad moderna”.

Pienso licito preguntarse ¿qué es lo que ocurre en la interioridad de una persona para que termine colocando su intelecto y su voluntad al servicio de una ideología y visión del hombre, de la vida, tan miserable que sólo vea materia sin trascendencia?

El lenguaje marcadamente marxista de Izquierda Autónoma Magallanes en su manifiesto refleja el repetido resentimiento, odio y enojo comunista frente a la vida. No hay alegría ni esperanza, dos conceptos que van unidos. Solo conceptos añejos del comunismo más ortodoxo, que dividen a la sociedad y que chocan estructuralmente con una sana conformación social actual.

En efecto, aunque Izquierda Autónoma Magallanes vaya propalando como objetivo propio la liberación total del hombre, la eliminación de cualquier dominio sobre él, esto entra realmente en contradicción con la propia verdad y con la libertad, porque reducen al hombre a lo que él puede hacer por sí solo. Una política de este tipo es por su propia naturaleza una política de esclavitud, es política mitológica.

Las ideologías totalitarias se caracterizan por adoptar convicciones sacrales, de manera que lo que debe ser una elaboración teórica sobre el orden temporal se presenta como una especie de religión “combativa”, pero siempre desde una vereda secular. Boric e Izquierda Aútunoma son parte de este ideario totalitario, buscando aquello que busca una religión, vale decir la explicación del origen y fin del hombre, la aspiración de entregarle la felicidad completa, con una eterna actitud de lucha.