El petitorio de los camioneros: Paz y ley

Rodrigo Pablo P. | Sección: Política, Sociedad

#10 foto 1La “marcha” de los camioneros, sostenida entre los días lunes 24 y jueves 27 de agosto, pasó de ser un movimiento de unas cuantas maquinas que viajaron desde el sur para mostrarle su malestar al gobierno por el problema de seguridad bajo el que se ven forzados a trabajar; a un verdadero movimiento nacional que sepultó políticamente al gobierno, y que nos da a todos una lección sobre lo que es el bien común. A continuación relataremos lo que fue la jornada del jueves y analizaremos los principales materias que se deben tener en consideración.

Las maquinas subieron desde la IX Región y a medida que se acercaban crecía el temor entre las facciones más duras de la Nueva Mayoría. Probablemente en sus mentes hacía ruido la imagen de León Vilarín y de los camioneros que derribaron al gobierno de Allende. Así forzaron al gobierno a apagar el incendio con petróleo, y lo que parecía destinado a ser una pequeña manifestación consistente en el paso de unas pocas máquinas frente a La Moneda, se volvió un movimiento nacional. Todos los gremios de camioneros, las redes sociales, medios de comunicación masivos, partidos políticos, movimientos de toda naturaleza y millones de chilenos comunes y corrientes se hallaron el día jueves en uno de los dos bandos.

El gobierno decidió impedir la entrada de los camiones a Santiago y lo hizo con una medida propia de una dictadura: impedir el paso de todos los camiones que vengan desde el sur, sean o no parte de la manifestación. Lo que junto con recordar la costumbre de Mao de hacer detener su tren cuando quería dormir, deteniendo con ello todo el sistema ferroviario chino. Mostro a Chile el nivel de medidas que el gobierno está dispuesto a tomar para evitar la disidencia.

La medida fue calamitosa; deteniendo por sí misma el tránsito hacia el sur, volviendo la marcha de menos de 15 máquinas en un paro de todos los camiones que viajaban hacia Santiago. Así se ordenó un “paro de camiones” por resolución exenta del Ministerio de Transporte. A su vez, se causó tal nivel de indignación que diputados de un partido de oposición presentaron acciones ante los tribunales de justicia y la Contraloría; se generaron protestas frente al palacio presidencial, y a lo largo del país se movilizaron camioneros en favor de sus colegas.

Las explicaciones del intendente y de los jefes de partido para justificar la medida fueron poco inteligentes. Todos apelaron a que no podían permitir que un grupo de camiones cortara la Alameda solo para la defensa de intereses particulares. Lo que, sin duda, enardeció a los vecinos y comerciantes de Santiago Centro que han visto una y otra vez como sus viviendas y negocios son atacados, saqueados y destruidos por personas que protestan a favor de puntos del programa de gobierno, o de cómo durante el gobierno anterior, cuando la autoridad redefinía los trazados de las marchas para evitar el daño a los vecinos y comerciantes del sector, quienes luego formaron la Nueva Mayoría daban sendos discursos en favor del derecho manifestarse.

También la medida generó malestar entre carabineros; ya han muerto varios en la Araucanía, ha habido cientos heridos y golpeados en marchas, como institución han sido insultados una y otra vez por la misma gente que con furor atacaba a los camioneros, y, sin embargo, sin empacho de parte del Ejecutivo eran enviados a detener a quienes conducían desde el sur, haciendo demandas con las que nadie podría estar en desacuerdo; usando sus derechos de reunión y petición, y de forma absolutamente pacífica.

Tras ser detenidos los camiones en Angostura, en Santiago otros salieron a marchar. Grupos que piden paz en la Araucanía salieron a protestar en contra de la medida que impedía a los camioneros pasar. Frente a ellos comunistas, anarquistas e indigenistas, se reunieron para insultarlos y atacarlos físicamente. Así mientras los camioneros y sus amigos de Santiago se conducían de forma pacífica, los partidarios de la medida lo hicieron de manera violenta. Golpeando; lanzando piedras y bombas molotov; escupiendo tanto a sus rivales por las calles como a los carabineros. Imagen que no puede dejar de recordar aquella costumbre propia de Chávez o Castro de llamar a sus partidarios a defender de manera violenta el programa de gobierno.

Este actuar de los partidarios del gobierno fue calamitoso para ellos. Los hizo perder su fuerza moral, y los puso del lado mal. Los hizo mostrar lo peor de ellos: expusieron su intolerancia ante la disidencia e indolencia ante el sufrimiento de los manifestantes; mostraron que estaban dispuestos a herir y matar a quienes se les opongan; nos enseñaron a todos que no creen en la democracia; nos mostraron que la lucha armada que a estas alturas parecía una leyenda no lo es.

Con respecto a lo que ocurría en el gobierno a esas horas podemos imaginar que fue un día de gran tensión. La presidente brillaba por su ausencia, mientras se hablaba en las calles de que vivía entre pastillas y alcohol; el ministro del interior se encontraba con una situación cada vez más inmanejable, el subsecretario del interior era firme en defender la medida que impedía a los camioneros entrar a Santiago; el vocero de gobierno y el intendente hablaban dando explicaciones de lo inexplicable; los parlamentarios del gobierno salen en defensa de la medida intentando echar un manto de sospecha sobre los motivos de la manifestación, incluso uno señala en su cuenta de twitter que esto era una reacción a la Reforma Laboral (¿habrá alguien creído que los camioneros iban a protestar por eso?); la coalición intentó mostrarse unida, saliendo los presidentes de todos los partidos a apoyar la medida.

Cerca de las seis de la tarde, el gobierno decidió darles el paso, ocasionando gran malestar entre varios de sus partidarios y autoridades. Así se instaló entre los más duros el hashtag#FueraBurgos”, para atacar al ministro del interior a quien se le sindicalizó como responsable de permitir que los camioneros avanzaran.

Así en medio de hurras y un verdadero bombardeo los camioneros llegaron cerca de las 9 de la noche a La Moneda. Lo que fue el segundo autogol del gobierno en que junto con crear un gran paro por resolución, también les permitió llegar en horario prime. Fueron solo seis camiones, que cargaban otros que habían sido quemadas por terroristas en la Araucanía, los que no pudieron detenerse por la batalla campal que se desarrollaba en las inmediaciones con lanzamiento de piedras y bombas molotov, y que carabineros se esforzaba por tranquilizar. Fue sin duda una manifestación muy pequeña, pero provocó la imagen más potente que se ha visto en Chile desde el rescate de los “33”. Todo Chile los vio llegar y todo Chile los vitoreó, viéndose sus rivales en franca minoría.

Luego se reunieron con el ministro del interior y entregaron su petitorio. Tras la reunión sus líderes pronunciaron un discurso que interpreta a todos los chilenos. Un discurso que se centró en mostrar mucho respeto al gobierno y la institucionalidad; su deseo de colaborar con la solución; su aprecio por el pueblo mapuche; el deseo de que los chilenos recuperemos la paz y la armonía, y la única petición concreta de que se aplique la ley. Planteo su líder: “el verdadero gremialista no tiene color político” y que se movían solo para pedir ayuda. Así concluyó la jornada que fue seguida por su pronto retorno al sur y a sus labores. Dejando uno de esos silencios llenos de ruido en la capital y en el Palacio de La Moneda.

Chile se dio cuenta de que hay un problema de convivencia nacional fuerte. Como destacaron los camioneros no puede ser que existan estos niveles de violencia. Además nos percatamos de que hay un serio problema de gobernabilidad, la presidente no apareció en ningún momento, dándose una disputa de poder que duró todo el día.

#10 foto 2Políticamente la Nueva Mayoría se dio a sí misma un golpe del que no le será fácil reponerse. Han quedado como los malos, y sus opositores en las calles les doblaron la mano, arrebatándoles ese espacio –“La Calle”-. Además la imagen de los camioneros reactivo en la memoria colectiva el desastre que fueron los mil días de la Unidad Popular. Más en particular, la Democracia Cristiana asestó, a su ya alicaída identidad, el golpe de gracia. Al tomar las decisiones por las que optó ese día, la DC abandonó a la figura de Frei Montalva para tomar la de Salvador Allende.

Sin embargo, y como lo recordaron los camioneros, lo importante no es mirar esto con los ojos de los cálculos políticos. Debemos concebir a Chile como una gran familia en la que si al país le va bien a todos nos va bien y si mal, pues mal. Esto es sin duda la mayor lección y enseñanza que nos han dado los líderes de este grupo, en cuyos discursos lo único que pidieron fue “paz y ley”.