Patricia Matte, socióloga experta en educación y pobreza, es la presidenta de la Sociedad de Instrucción Primaria, una corporación de derecho privado sin fines de lucro, con más de 150 años de tradición y experiencia en la entrega de educación de excelencia a niños de escasos recursos. Reconocida en Chile por su extensa labor en estos ámbitos de la vida nacional, analizó con Chile B el momento que atraviesa la educación del país, con el Proyecto de Carrera Docente, teniendo presente que hoy se entró a una cuarta semana de paro indefinido de profesores, lo que afecta a más de dos mil colegios en todo el territorio nacional.

—¿Dónde está el nudo de este conflicto que entra a su cuarta semana indefinida de paro de profesores?

—Una de las buenas iniciativas del gobierno, al revés de lo que piensa el colegio de profesores es el proyecto de Carrera Docente. Dicho esto, creo que hay dos elementos graves: uno de ellos es que en esa mesa donde hoy se está negociando no se ha visto a los apoderados y a los alumnos representados. Me doy cuenta de eso por la falta de urgencia con respecto del regreso de los niños a clases. Creo que debió haberse puesto como punto de partida ese tema. Piense usted que hay miles de niños que están en clases, los de los colegios particulares subvencionados y privados y hay una cantidad de niños que están en sus casas ya hace casi un mes. Eso ya es un golpe muy fuerte para la calidad de educación. Encuentro grave que el ministro de Educación se haya sentado a esa mesa sin poner delante ese tema.

En segundo lugar, y que es grave, es que el objetivo es muy bueno pero no creo que esté bien hecha la propuesta como proyecto de ley. Hay demasiadas falencias. La principal es que no se remunera bien, no se da una señal clara de que los mejores profesores de Chile tienen que estar en los sectores más vulnerables. La diferencia que se hace es muy pequeña en materia de remuneraciones.

Y en materia de honor, creo que debería ser un tema país el cómo honramos y felicitamos a los profesores que están hoy en los sectores más pobres. Eso es una primera gran falencia del proyecto y hay otras que son menores, como la centralización que se genera en la evaluación, la no presencia en ninguna parte de actores tan relevantes como los directores de los equipos directivos en la evaluación de sus profesores que son los primeros que tendrían que evaluar.

  —¿Será por eso y otras cosas que los profesores piden que se retire el proyecto docente de la cámara?

—Primero, es que hay una falla grave del ministro que no haya rallado la cancha de una forma bien clara. O sea, de qué estamos hablando en términos de recursos. Cuánto tenemos disponible para hacer esta importante reforma, y también está el tema de la evaluación docente. Me parece grave que los profesores nuevamente digan que no se están oponiendo a evaluarse, pero a su vez, dicen no quieren que les certifiquen sus conocimientos con todo lo que ello implica. La discusión se está dando nuevamente sin margen, como han sido siempre las discusiones de todas las reformas relacionadas con educación en este gobierno.

Cuando se está pidiendo disminución de horas del profesor frente al aula, que es una medida extremadamente positiva en los colegios que funcionan bien, pero no en colegios que no funcionan bien, nuevamente vamos a estar dilapidando recursos porque el profesor va a tener menos horas frente al aula, pero no va a saber qué hacer en esa mayor hora para preparación de clases. Entonces, restar alumnos de una sala de clases es una medida que ha demostrado que no es efectiva en el mundo. También tiene un valor gigantesco. Con eso creo que nos estaríamos comiendo casi completa la Reforma Tributaria, sobre todo tomando en consideración que estamos decreciendo económicamente, es decir vamos a disponer de menos recursos.

—Pero, ¿cuál es la gran crítica que usted hace?

—Que el ministerio no haya dicho aún de cuántos recursos dispone para esta importantísima reforma. Por eso digo que debió partirse al revés. Habría partido por esta reforma al Estatuto Docente, delineando un camino a 10 años, porque no se puede hacer todo de un día.

Mi resumen con respecto a la propuesta del gobierno es que no tiene borde. No se conocen los bordes financieros de la propuesta, la del colegio de profesores tiene menos borde aun, pero eso es responsabilidad del gobierno porque es el Ejecutivo el que debe decir: “Esto es lo que voy a ser prioritariamente, y para esto dispongo de tanto”.

—Los profesores acusan que pasan las clases en pésimas condiciones.

—Yo al profesor lo declaro un héroe nacional. Es complejo hoy y siempre manejar un aula con pocos o muchos alumnos, que muchas veces no llegan formados de sus hogares. Parte del proceso formativo es establecer límites. Claro que hay agobio, hay falta de respeto, creo que el país completo le ha faltado el respeto al profesor en el sentido de no valorarlo en su debida medida por el aporte que hace. Pero creo que es mucha responsabilidad de los mismos profesores y también del país, de no haber dado la señal clara a lo absolutamente relevante que es la profesión docente. Debiera ser la profesión de la que más nos deberíamos haber preocupado desde hace muchos años, y ahí hay que hacer un reconocimiento real.

—¿Y no es mejor dejar pasar unas cuantas generaciones para que así, los que vengan cuenten con más especialización y más respeto por parte de la sociedad?

—Se requieren importante cambios en el área de formación de los profesores, pero creo que no hay que esperar una generación, sino que hay que poner claramente el marco de referencia y los incentivos para que los profesores se desplieguen en todas sus características. La mayoría de los docentes tiene vocación, eligieron, probablemente son mal formados, no cuentan con suficiente capital cultural, tienen la vocación de formar alumnos y no hay una retribución mejor para un buen profesor que ver a sus alumnos logrando lo que él se propuso.

Pero el ambiente no está adecuado y los incentivos están puestos al revés. O sea, el buen profesor que está en el aula, en una escuela pública que no tiene proyecto educativo o que nadie se siente dueño de ese colegio, ese profesor no es valorado para nada hoy en día, ni con una remuneración diferente, ni con un trato diferente, ni con un apoyo o con una mentoría. Porque al profesor que no se le exige deja el aula, se aburre.

—¿Ve muy complicado al gobierno? Esta es la cuarta semana de paro indefinido.

—Lo veo complicado desde el momento que tomó la decisión de sentarse a una mesa con los profesores movilizados. Creo que es un asunto en que se metió él mismo. Probablemente tuvo un error de diagnóstico, quizás pensó que el presidente del Colegio de Profesores iba a poder manejar mejor la situación y no ha sido así, se ha producido un división interna en el gremio y ese complica aún más el momento. Ahora, yo creo que mientras los apoderados no digan: “Hasta aquí basta” —y lo están diciendo de alguna forma, en silencio, trasladando a sus alumnos a colegios privados—. Pero los padres tienen que hacer escuchar su voz con mucho más potencia. Es la única salida que veo en este momento.

—Los alcaldes también se quejan que no los han llamado.

Los alcaldes dicen que supuestamente administran la educación. Aquí se ha notado poco que la administran. Si nunca les han preguntado nada, ni están en ninguna mesa. Eso hace pensar que los municipios no tienen ninguna posibilidad porque no se les da la principal herramienta de gestión que es el manejo de sus profesores.

—Hay quienes calculan que el presupuesto para mejorar la educación definitivamente no va alcanzar, o que Eyzaguirre hizo mal el cálculo.

—No puedo creer que Eyzaguirre, que fue un excelente ministro de Hacienda y a quien respeto mucho, no haya calculado bien los montos. Quizás hay mucha inoperancia en su ministerio y le hayan hecho mal los cálculos, pero yo encuentro grave esa otra promesa que se hizo: gratuidad total en educación superior. Qué límite tenemos ahí. Los recursos son fungibles, o se destinan a una cosa o a otra, los números no me calzan. Por eso, repito: falta borde, falta priorización, falta un proyecto país.

—Hay algunos parlamentarios que han propuesto adelantar las vacaciones de inviernos para mitigar los efectos del paro.

Esa solución que proponen los diputados demuestra que no conocen un sistema educacional que funciona bien. En los colegios que funcionan bien ya está todo planificado. Por qué agregar al problema que ya tenemos, otro a las familias que tiene a sus hijos en colegios que sí están asistiendo a clases, y una medida como esa le significa una tremenda perdida de organización y de conocimientos. Hay una inmensa cantidad de alumnos que están en clases y a esos jóvenes si se les adelanta las vacaciones significaría una perturbación demasiado grave en el horario normal y en lo que está planificado de comienzo de año. Es grave. Hay una falta de seriedad en todo.

—Entonces, la educación pública es la que más pierde con este paro.

—Lo peor es tenerla en un paro como el de ahora. Ya está perdiendo muchos alumnos, pero además, porque todavía no se pone en discusión el tema de fortalecimiento de la educación pública. Estamos en un grave entuerto Y no es el gobierno, sino que es nuestro país que está sin una mirada clara respecto a cómo proceder. Los colegios que están funcionando, tienen también demasiadas dudas sobre lo que va a suceder para adelante, muchos imponderables y eso afecta el funcionamiento de los colegios que están trabajando día a día.

Obviamente nuestros profesores también están inquietos cuando saben que se ha dicho que esta carrera docente va a incluir primero a los profesores públicos y después de un año a los privados. Eso significa muchos recursos que a ellos no les van a traspasar. ¿Usted cree que eso no produce inquietud? Por el lado de los alumnos existe la misma inquietud cuando no se sabe cuál va a ser el marco claro de financiamiento a futuro para el sector privado y el sector público en educación. Los centros de alumnos de nuestros colegios también se están inquietando. Los profesores también, y les encuentro toda la razón.

Nota: Esta entrevista fue realizada por Alejandro de la Carrera y publicada originalmente por Chile B, www.chileb.cl.