Familia según el Movilh

Patricio Domínguez Valdés | Sección: Familia, Política, Sociedad

#02-foto-1El Movilh (movimiento de integración y liberación homosexual), dentro de su cruzada, ha propuesto una imagen muy decidora: se trata de un gráfico en el que aparecen  varios logos con el rótulo de “familia”. En un logo aparecen dos hombres adultos y un niño, en otro un hombre y una mujer con un niño, en otro dos mujeres y un niño, en otro una mujer sola con un niño, en otra un hombre solo con dos mascotas. Todas estas imágenes llevan el rótulo de familia. El mensaje está claro: no existe un concepto fijo y unívoco de familia, sino que toda comunidad de seres, incluso la de un adulto con un perro y un gato, merecen ese nombre. La moralina subyacente es evidente: si intentamos forjar la sociedad en base al concepto de familia como aquella institución que se basa en el matrimonio, es decir, en la unión entre hombre y mujer, estamos discriminando y segregando.  También una pareja de lesbianas o un soltero rodeado de gatos tienen “derecho” a ser considerados “familia”.

Todo este ensayo lingüístico-conceptual parece muy audaz. En efecto, llamar con el nombre de “familia” o “matrimonio” a cosas que nunca se han llamado así puede ser visto como un paso hacia la liberación de instituciones ancestrales o de estructuras lingüísticas opresoras. Ahora, si Andrea y Carolina son “familia” por el hecho de establecer una relación erótico-afectiva entre ellas y Juan y sus gatos son “familia”, pareciera que todos ganan en felicidad. Ya nadie los mira feo por no ser “familia”. Sin embargo, nos encontramos que este ejercicio ideológico-lingüístico tiene ciertos inconvenientes: la ganancia de extensión del concepto es directamente proporcional a la pérdida de contenido del concepto. Dicho de otro modo: si ahora todo es familia, entonces nada es familia. Si los publicistas del Movilh quieren decirnos que el concepto de familia lo engloba todo, entonces quedamos en que no engloba nada. Familia es ahora un género vacío de ser, una categoría pálida y deslavada. Si la idea del Movihl es apropiarse del suculento concepto de familia, lo que hacen con él en realidad es desdibujarlo y tornarlo insípido. No sería raro que la siguiente generación de activistas del Movilh se rebelara contra el vago concepto de “familia” que ellos mismos han creado y que propongan simplemente abolirlo.

El día en que la pareja de lesbianas se sientan solas porque su afecto es inevitablemente infecundo, o el día en que Juan se sienta solo porque no tiene a nadie con quien conversar (salvo con sus felinos), no les servirá de nada que les digan: “ustedes también son familia”. El hecho de que gracias a una argucia ideológica ahora ellos también sean “familia” no les servirá de consuelo, pues la soledad de personas reales no se remedia con conceptos imaginarios.

 

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por Chile B, www.chileb.cl.