¿Por qué decirle no al aborto?
Julio Pozo Lazo | Sección: Política, Vida
Cuando nuevamente se abre el debate para despenalizarlo, en nuestro país se exhibe la película Tierra de María, que muestra el testimonio estremecedor de quien se ha sometido a un aborto y también del que lo ha practicado como médico. Sin embargo, pareciera que las autoridades de gobierno hicieran oídos sordos a los testimonios de mujeres que han padecido este tipo experiencias, quienes no sólo relatan sufrir fuertes trastornos psiquiátricos y psicológicos, como depresión sino también problemas de salud física, como rompimiento de útero, hemorragias…
La presidenta Michelle Bachelet, en su reciente discurso del 21 de mayo, justificó estudiar esta medida porque “Chile debe enfrentar en una discusión madura, informada y propositiva, esta realidad”. Pero, una sociedad deja de ser justa si su legislación atenta contra las propias personas que la conforman. Por lo tanto, ninguna ley puede poner el valor de un individuo por sobre otro, aunque sea bajo la lógica de un “derecho reproductivo” o “derecho a elegir”, ya que se da una tiranía de los más fuertes. No estaba tan lejos de nuestros días el escritor Aldous Huxley con su obra Un mundo feliz, escrito a comienzo de siglo XX. En él describe una sociedad homogénea, donde la exacerbación de la libertad y el placer propio, trae como resultado una “felicidad vacía”, que tan bien describe en sus personajes principales. En esta obra, se establece como un “mundo moderno” aquel cuyo orden está dado por esos valores, y se define como “salvaje” aquel donde prima aún como modelo la familia y la maternidad. ¿Entonces es esto lo que queremos como país?
Estamos convencidos que las mujeres que toman este tipo de decisiones lo hacen llevadas por la angustia, pero la solución no pasa por una ley de aborto, sino por crear redes de apoyo para las mujeres que llevan adelante un embarazo no deseado.
Una discusión “madura e informada” implica que las autoridades más allá de tomar ciertas consignas como propias, se informen de manera objetiva, entrevisten a las personas que han realizado este tipo de prácticas y consulten la evidencia científica. Los médicos que se dedican a la medicina fetal y la ginecología han sido claros en explicar que Chile no necesita despenalizar el aborto para proteger la vida de la madre. Si corre peligro se realizan los tratamientos oportunos para salvar su vida, pese a que pueda morir el feto por consecuencia de él. Algo muy distinto es matarlo de manera directa, a través de diferentes procedimientos que van desde la aspiración del embrión, hasta una micro cesárea.
Nota: Más información sobre la película “Tierra de María” en www.areopago.cl.




