Aborto terapéutico

Max Silva Abbott | Sección: Sociedad, Vida

#06-foto-1Como era de esperar, el caso de Belén sigue levantando polémica, pese a que ella ha decidido tener a su bebé. Con todo, da la impresión que para algunos, sólo se ejerce la libertad si se decide eliminar al no nacido, la otra víctima, completamente inocente, de este lamentable hecho.

Este asunto tiene muchas aristas, lo que obliga hablar sólo de algunas de ellas, todas no religiosas, por cierto:

En primer lugar, se ha dicho que el cuerpo de Belén no estaría preparado para dar a luz. Con todo, se olvida que Chile tiene el segundo índice de mortalidad materna más bajo de América (incluso sobre Estados Unidos, superado sólo por Canadá), el cual ha disminuido sobre todo desde la derogación del aborto terapéutico en 1989, según demuestra un notable estudio del Dr. Koch y otros, de hace un par de años, entre otras cosas, porque el aborto es un procedimiento peligroso también para la mujer.

Es así como por ejemplo, hace algunos años hubo un caso de una mujer muy pequeñita (una “enanita”, se diría de forma vulgar), que quedó embarazada y se vaticinaron todo tipo de males –produciéndose una polémica parecida a la actual, aunque menos intensa–, aconsejándose el aborto. Al final, tuvo a su bebé y como si fuera poco, ¡a los pocos años tuvo otro más!

Desde otra perspectiva –y es algo que se ha dicho poco–, si se permite el aborto en caso de violación, se puede dar el trágico hecho que el violador obligue a su víctima a abortar, con lo cual no sólo quedaría en la impunidad, sino que podría continuar perpetrando su abuso indefinidamente. La prohibición del aborto facilita así descubrir al delincuente.

Con todo, uno de los aspectos fundamentales que hay que tener en cuenta en todo esto, es que para muchos, cualquier aborto es “terapéutico”, pues el concepto de “salud” de la madre se hace omnicomprensivo, y en el fondo, el no nacido es tratado, aunque cueste creerlo, como una enfermedad de transmisión sexual. Igualmente, debe tenerse en cuenta que a nivel internacional se está produciendo una peligrosa ampliación de lo que se entiende por “violación”.

También existen múltiples estudios que prueban los nefastos efectos del “síndrome post-aborto”, lo que sólo viene a empeorar la situación de la madre víctima, que ya tiene bastante con superar el trauma de la violación.

Por último –a mi juicio lo más importante–, entre otros argumentos, debe recordarse que la “solución” que se pretende es matar a un ser humano, el no nacido, quien no tiene culpa alguna de nada de lo ocurrido y seguramente es el más inocente en toda esta situación. Lo mínimo que se puede exigir es que se lo respete y se lo deje vivir. Ya verá la madre si lo cría ella o lo entrega en adopción.

En fin, hay varias razones más para defender la vida del no nacido, ninguna de ellas “religiosa”, como muchos dicen.