Presentadas las obras completas de Antonio Millán-Puelles

José J. Escandell | Sección: Sociedad

Antonio Millán-Puelles (1921-2005) es autor de veinte libros y algo más de doscientos artículos. La editorial Rialp se ha encargado ahora de recoger todos esos materiales y ponerlos a disposición del público y de los investigadores. Se trata de uno de los monumentos más imponentes de la filosofía española contemporánea, en especial de la segunda mitad del siglo XX.

Hijo de médico, encontró su vocación hacia la filosofía por la lectura casual de las Investigaciones lógicas de E. Husserl. Ha sido un destacado promotor de la fenomenología en nuestro país. Se formó, tras nuestra Guerra Civil, principalmente a la sombra de Leopoldo E. Palacios y de M. García Morente, dos filósofos realistas y conversos al catolicismo. De ellos adquirió un profundo aprecio por la filosofía escolástica. También leía Millán-Puelles como fuentes esenciales a Kant, Jaspers, Sartre, Merleau-Ponty y muchos otros. De todo lo cual resultó un pensamiento original que, sobre un firme cimiento realista, se encuentra también insertado en el centro de las inquietudes intelectuales modernas. Es, por eso, difícil decir de Millán-Puelles que es un mero aristotélico o que es un puro fenomenólogo. Siempre sostuvo una respetuosa, pero nítida, independencia respecto de escuelas y grupos, buscando a la vez el encuentro cordial con todos.

La cultura contemporánea he quedado marcada decisivamente por el pensamiento de Kant. Aunque la mayoría de la gente no lo haya leído y apenas sepa nada del filósofo regiomontano, su doctrina ha impregnado nuestro modo de pensar y los problemas que suscita son los problemas que hoy nos preocupan. Kant hizo posible proclamar a la ciencia positiva como la forma superior de conocimiento teórico, declarando sin sentido cualquier intento de pensar lo que se sitúa más allá de ella. Al mismo tiempo, hizo de la moral y de la religión mundos ajenos a la razón entendida en sentido fuerte, y los dejó en manos de una fe arbitraria y del sentimentalismo.

Hoy buscamos en las ciencias la explicación del sentido de nuestra existencia: ciencias que hablan por boca de Hawkins, de Dawkins, de Crik, incluso de Punset o de Arsuaga. Todos hacen del hombre un puro animal. Para el resto de las dimensiones de nuestra existencia, previamente deprimida por el materialismo cientificista, nos arrojamos en manos de nuestras ensoñaciones y declaramos ciega (si no peligrosa) a la religión.

Ortega abrió la cultura española de principios del siglo XX a la influencia europea, especialmente la alemana. Zubiri se propuso ofrecer una filosofía actualizada en relación con la nueva ciencia. Por su parte, Millán-Puelles ha ofrecido una renovada versión de la filosofía aristotélica, profundamente embebida de fenomenología, capaz de entrar en diálogo (y, si es el caso, en enfrentamiento) con la cultura actual.

En primer lugar, el pensamiento emilianense es nítidamente realista. Por realismo ha de entenderse: la convicción de que el ser humano, con sus muchas limitaciones, es de todas maneras un ser abierto a la verdad, aunque por definición sea incapaz de poseerla de manera exhaustiva, y capaz de encontrarla en alguna medida. Millán-Puelles ofrece una filosofía esperanzadora, cuando el pensador contemporáneo, escarmentado de las tragedias producidas por un hombre ávido de poder sobre la naturaleza, ha renunciado a los “grandes relatos” y se ha convertido, bajo la denominación de “posmoderno”, en un cínico exhibicionista.

En segundo lugar, Millán-Puelles ha desarrollado una idea del hombre en el que la naturaleza material y la libertad se unen entre sí sin grietas. Descartes y Kant nos han obligado –como muestran, por ejemplo, la mayor parte de las publicaciones sobre neurociencia- a concebirnos a nosotros mismos como dos realidades simplemente yuxtapuestas y en tensión. La de Millán-Puelles es una filosofía de la unidad radical del ser humano.

En tercer lugar, la filosofía elaborada por Millán-Puelles remite la vida afectiva y moral a la realidad natural y racional del hombre. Lejos de ser lo moral un añadido a modo de adorno extravagante en un ser que se tiene por dueño pleno de sí mismo (“puramente autónomo”), es para el autor gaditano la eticidad la consecuencia natural del ser del hombre, al servicio del cual está.

En fin, es el pensamiento de Millán-Puelles una obra profunda y sólida que la intelectualidad contemporánea española aún no ha sabido explorar adecuadamente. Quien fuera miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Catedrático de Metafísica en la Complutense, profesor del Príncipe D. Juan Carlos y miembro del Consejo Privado de D. Juan de Borbón, habiendo recibido numerosos e importantes distinciones académicas, está esperando aún su reivindicación.

 

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por Te Interesa, www.teinteresa.es.