El estrés permanente ha aumentado los trastornos de ansiedad

Javier Cabanyes Truffino | Sección: Sociedad

«Es evidente que el mundo no va bien». Así de contundente de muestra el doctor Javier Cabanyes Truffino, neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra en su sede de Madrid y especializado en neurología infanto–juvenil. Acaba de publicar el libro «La salud mental en el mundo de hoy» (EUNSA), en el que explica qué significa tener una mente sana, y por tanto, cuáles son los principales trastornos de una sociedad casi vertebrada por el estrés.

Cabanyes habla de sociedades enfermas, capaces de incrementar exponencialmente los casos de ansiedad. Pese a todo, este especialista en Trastornos de conducta y Problemas de Aprendizaje en la Infancia y de Daño cerebral apela a la capacidad humana para atajar los problemas que ella misma genera.

 

¿Esta crisis que asola a Occidente revela a una sociedad que no está sana?

– Podemos metafóricamente hablar de una «sociedad enferma», pero su enfermedad es de tipo moral, es una carencia o una deformación de sus principios y metas que llevan a una verdadera disfunción social. Más en concreto, la crisis actual ha puesto de manifiesto estructuras socioeconómicas que se han movido por la mentira, el desmedido afán de lucro y la más absoluta carencia de sentido solidario.

 

¿El secreto para encontrar la salud mental reside en un equilibrio entre las dimensiones biológica, psicológica, social y espiritual?

– Cada dimensión tiene sus propios fines pero las cuatro son constitutivas de la naturaleza humana y, por tanto, son irrenunciables e inseparables. Sin embargo, en nuestro modo de vivir podemos olvidar o magnificar alguna de ellas con lo que esto supone de «desequilibrio» en la naturaleza humana. Con todo, la salud mental no es una cuestión de «moderación» entre las cuatro dimensiones de la persona sino del adecuado desarrollo de cada una de ellas.

 

El libro también plantea la posibilidad de que vivamos en sociedades enfermas, capaces de provocar trastornos mentales a los ciudadanos…

– En el ámbito sociosanitario hablamos de sociedades enfermas cuando inducen trastornos mentales o cuando no aportan las protecciones adecuadas frente a algunas enfermedades. Así, por ejemplo, nuestra sociedad es una fuente constante de estrés, por el ritmo de vida, la presión social y la burocratización, que ha llevado a un aumento de los trastornos de ansiedad. Por otra parte, nuestro contexto social ha perdido bastantes de los factores de protección frente a algunas enfermedades psíquicas. Está demostrado que la ausencia de referencias transcendentes, estabilidad y cohesión familiar y anclaje con las tradiciones suponen menor protección ante la depresión y los intentos de suicidio.

 

¿Y cómo sería una sociedad sana?

– Es sana una sociedad cuando cuida y promueve la salud física y psicológica y está abierta a la trascendencia. Las vías son múltiples y diversas y van desde las revisiones médicas periódicas hasta la profunda valoración social de la dignidad humana pasando por el cuidado del descanso y el tiempo libre, el fomento de la cultura y el deporte, la promoción de las actitudes y actividades solidarias, la protección y el respaldo a la familia, la recuperación del sentido del pudor en la moda y la publicidad, y un largo etc.

 

¿Qué consejo se puede dar a las personas que de pronto se encuentran con una situación difícil (sin trabajo, sin recursos…)?

Es importante acotar el problema, procurando que no inunde completamente la existencia, disfrutando de lo bueno que pueda haber, aceptar la situación superando los lamentos y buscando soluciones realistas, vivir al día con lo que hay evitando visiones de futuro todavía más negativas, alimentar la confianza en que se pueden lograr soluciones y que las situaciones negativas no son permanentes, encontrar apoyos afectivos y consejos en el entorno familiar y entre los amigos, descubrir un nuevo sentido a la vida e intentar hallar la explicación antropológica del sufrimiento y obtener los cauces para manejarlo. En todo ello, la familia tiene un papel primordial.

 

Como profesional, ¿cuál es la enfermedad mental actual más preocupante?

Hay varias enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia o algunas depresiones, que cuando surgen son un verdadero problema pero para las que, en mayor o menor medida, tenemos remedios eficaces. Sin embargo, son el trastorno límite y el trastorno disocial de la personalidad los verdaderamente preocupantes por el aumento de su incidencia, la escasa eficacia del tratamiento y sus importantes consecuencias personales y sociales. Ambos tienen una estrecha relación con estilos educativos y dinámicas sociales y requerirían un importante cambio en estos para poder frenar su crecimiento y disponer de más recursos en su manejo.

 

¿Qué futuro le depara a la salud mental en el mundo?

Me preocupa la trayectoria de nuestra sociedad que no sólo ha perdido el norte sino que no lo busca y va a la deriva sin querer admitirlo, que, además, está inundada de consumismo y hedonismo y que carece recursos morales para hacer frente a temporales como el que estamos sufriendo. Todo esto tiene inevitablemente consecuencias en la salud mental. Sin embargo, soy optimista porque además de estar convencido de que el hombre no sólo genera problemas sino que es capaz de resolverlos y de creer que el ser humano no está abandonado a su triste destino en el universo, confío plenamente en que la capacidad de amar de la persona puede ahogar el mal y que el amor es el sólido soporte frente a él. Por esto, aunque el panorama es sombrío, la humanidad cuenta con los recursos de su propia naturaleza para contrarrestar el posible incremento de los riesgos para la salud mental.

 

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por ABC Madrid, www.abc.es.