A propósito del debate sobre el aborto: la importancia de los términos correctos

María del Carmen Letelier | Sección: Política, Sociedad, Vida

Hemos visto, con distinta intensidad según los medios e instituciones, el debate producido por los proyectos de ley para despenalizar el aborto terapéutico y también, porqué no decirlo claramente de una vez, introducir el aborto eugenésico (cuando el niño viene con malformaciones) y en caso de violación, lo que ha sido el camino en la gran mayoría de los países, para obtener el aborto libre.

En primer lugar, resultó sumamente sorprendente la atención que algunos dieron a este hecho: en Chile se iba a decidir si se seguía respetando el derecho a la vida de los no nacidos, y durante las primeras semanas de discusión, había que buscar en internet en qué iban los debates, pues en los diarios y noticias, poco y nada salía…, y en las prédicas más se escuchaba de los disturbios en Aysén que de rezar para evitar estas leyes. No dejó de parecer bastante extraño.

En facebook se crearon varios grupos, se hicieron contactos para movilizarse, pero para la importancia del tema, poco interés público hubo.

Para las dos primeras convocatorias, se reunió un grupo bastante grande de providas, distinguiéndose, además de los carteles, por la visible polera roja… pero al buscar las fotos en los diarios o en la televisión, sólo aparecían las mismas pro-aborto de siempre, que llegaron al original extremo de escribirse sus leyendas, bastante blasfemas, en su cuerpo, levantándose para eso la polera cada vez que la prensa “neutral” las enfocaba, y cuando aprovechábamos para interceptar la foto, rápidamente enfocaban para otra parte, ¡qué rara casualidad, pensarán algunos! Al final recurrimos a sacar fotos con los celulares y moverlas por internet.

Pero vamos al punto: ¡nos están ganando a los provida por el mal uso que se está haciendo de los términos! Estamos jugando con sus reglas y eso es sumamente peligroso. De ello ya se aprovechó el senador Escalona en su intervención el día martes, previa a la votación.

El problema es el siguiente: aborto terapéutico no es lo mismo que aborto indirecto, como ya se está manejando ampliamente… y así se llegó a escuchar “el Vaticano acepta el aborto terapéutico” o “En Chile ya tenemos el aborto terapéutico, por lo tanto no es necesario legislar sobre él” y si no nos fijamos y usamos correctamente los términos, perderemos no sólo la batalla si no también la guerra.

El aborto indirecto, ocurre cuando el médico, tratando de salvar la vida de los dos (madre e hijo), aplica un tratamiento que resulta involuntariamente fatal para la guagua: es decir, no se busca en un principio matar al niño para tratar la enfermedad de la madre.

En el caso del aborto terapéutico, por el contrario, lo primero que hace el médico es “interrumpir el embarazo”, (como dijo el ministro Mañalich en el Senado, con la pena de muerte podríamos decir “interrumpir la vida del condenado” para que no suene tan terrible), para luego buscar sanar a la madre. En este caso se considera al bebé como la causa de la enfermedad, lo que además de falso, es ridículo. Hay que recordar también que para la OMS la salud incluye “bienestar físico, mental, social, familiar y de edad”, que como fácilmente se ve, da pie a aborto libre.

Entonces, cuando no hacemos la diferencia entre el aborto provocado (el “terapéutico”) y el indirecto (moralmente lícito), y decimos simplemente que en Chile eso no se penaliza ni se condena y que frecuentemente (no tanto como lo quieren hacer parecer tampoco) los médicos se ven enfrentados a estos casos sin ninguna consecuencia, les estamos regalando tiempo y vocabulario para que finalmente legislen a favor del aborto.

Asi es que vamos afinando nuestro vocabulario, y cada vez que salga el tema (de hecho no esperarlo, proponerlo) aclararlo a nuestros interlocutores, pidiéndoles también a ellos que lo hagan.

Y bueno, no podemos dejar de lado el hecho que gracias a tanto rezo (¿qué habría pasado si todos los curas hubiesen aprovechado de tocar el tema y pedir las oraciones respectivas?), la ley no salió, entonces a seguir “machacando” al Cielo con el “Virgen del Carmen, Reina de Chile, salva a tu pueblo que clama a ti” teniendo en cuenta que  también ese pueblo es el que está en peligro de nacer.