Refutación a Rojas o Britney Spears baila semidesnuda
José Agustín Muñiz V. | Sección: Sociedad
Permítame discrepar de la columna “Redes disociadoras” del profesor Gonzalo Rojas. Y permítame hacerlo de un modo tan distinto a como mi amigo Rojas está acostumbrado a que discrepen de él: Yendo a su texto, buscando y encontrando allí la verdad y los errores que permitan a la comunidad que formamos, nosotros, estos lectores, vincularnos de un modo un poco más humano. Quizás sea el fruto de esta discrepancia el mejor argumento en contra de lo que dice mi amigo.
Si leí bien, Gonzalo hace tres críticas a las redes sociales. La primera y más sustantiva dice relación con la capacidad que tengan las redes sociales de “acrecentar el vínculo humano”, “rozar la vida del otro” o generar “algo en común”. La segunda crítica de Rojas se refiere a los siempre desagradables trolls, ese profesional del ataque personal que parece tener todo el día libre y haber hecho un juramento de hacer invivible la vida de cualquier columnista más o menos famoso. Y la tercera crítica –y la única en que concuerdo con mi amigo– es en el desafío que supone la tecnología a los profesores y a la convivencia en la sala de clases.
Cada nuevo medio de comunicación que ha creado la humanidad ha significado una crisis y siempre ha habido alguien que lo denuncie como el fin de la cultura, alguien que considere que ese medio será la solución a todos los problemas de la humanidad, alguien que se abstendrá de usarlo porque no lo entiende o no le sirve y otro grupo que lo adoptará para usarlo en algo distinto de lo que sus creadores tenían en mente. El profesor José Luis Orihuela, dela U. de Navarra lo dijo mucho mejor:
- Los que les tienen miedo: Apocalípticos
- Los que ya eran peligrosos antes: Delincuentes
- Los que no entienden su carácter instrumental: Perplejos
- Los que sólo entienden su carácter instrumental: Fascinados
- Los que sólo las usan como bunker: Sociópatas
- Los que sólo las usan como trinchera: Fanáticos
- Los que sólo las usan como pasarela: Exhibicionistas
Y su conclusión fue “Entre abstemios y borrachos me quedo con los catadores”. Creo que ya se entiende mejor mi primera refutación a Rojas: Las tecnologías son las que permiten que la sociedad converse consigo misma y cada nueva tecnología permite un modo de conversar distinto y, por lo mismo, impide otros. Como dijo Neil Postman a un grupo de rabinos judíos en su conferencia Cinco cosas que necesitamos saber sobre el cambio tecnológico: La cultura siempre paga el precio de la tecnología, esto es, cada nueva forma de conversar genera comunidades distintas que no se lograrían de otro modo y, en el largo plazo, ese nuevo medio de comunicación va a generar una nueva cultura. El cambio tecnológico no es aditivo en el sentido de que se suma y se agrega a la sociedad que lo vive, sino que es “ecológico”, es decir, cambia y afecta a toda la sociedad. Postman lo grafica diciendo que al día siguiente de la invención de la imprenta, Europa era distinta, no era la misma vieja Europa con una imprenta adicional. Es como echar una gota de tinta en un vaso de agua, se tiñe toda el agua.
Porque lo conozco, me extraña la molestia de Gonzalo Rojas con las redes sociales. Más que un apocalíptico, creo que su molestia proviene de ser un fascinado que se ha desilusionado de tanto troll, un profesor que debe lidiar con la competencia dela Britney Spears bailando semidesnuda frente a sus alumnos, o porque en verdad Gonzalo no vio que la gran ventaja de las redes sociales es la creación de vínculo blandos, la multiplicación desproporcionada de la capacidad de entrar en contacto otros a un costo de involucramiento tecnológico, cognitivo y emocional muy bajo. Es cierto que no se puede construir una cultura, una civilización, un país, una familia o una amistad solamente con ese tipo de vínculos, pero a un predicador incansable como Gonzalo Rojas debería llamarle la atención que ese auditorio es, precisamente, el lugar perfecto para detectar a las personas que sí quieren reforzar esos vínculos por otros medios de comunicación que sí permitan ese tipo de vinculación dura. Es más, los que estudian las redes y cómo se distribuye el poder en ellas han concluido que en la medida en que las redes se mantengan abiertas a la creación de nuevos enlaces, éstas crecen y crecen. Las redes se estancan y comienzan a morir cuando se cierran sobre un grupo de nodos que no se nutren de lo que ocurre afuera.
Con lo anterior no estoy concediendo el punto de que las redes sociales sean medios de comunicación que permitan sólo vínculos efímeros y superficiales que deban ser reforzados después. No, cada nuevo medio desarrolla su propia epistemología, su propio lenguaje y redistribuye el poder según se tengan o no las competencias que ese medio favorece: Con el surgimiento de la escritura, los tartamudos ganaron poder; la radio favoreció la llegada de Hitler al poder; la televisión favoreció a John F. Kennedy sobre Richard Nixon, y así. Los que dominen la epistemología y el lenguaje de las redes sociales serán capaces de movilizar personas y construir vínculos fuertes.
Creo que las refutaciones a las otras dos objeciones de Rojas han quedado esbozadas y parcialmente respondidas. Sólo le recomendaría a mi amigo Gonzalo Rojas ver la película “Gracias por fumar” y poner atención a la escena en que el protagonista y su hijo discuten si el mejor helado es el de chocolate o el de vainilla. Al final da lo mismo qué helado sea el mejor, porque al vocero de los helados de chocolate no le interesa convencer al vocero de los helados de vainilla, le interesa convencer a todo el resto de la humanidad que compra helados. Lo mismo, a los trolls no hay que convencerlos, pero el resto de la humanidad está mirando para ver cómo te las arreglas para demostrar que ellos están equivocados.
Para finalizar, yo no podría enseñarle cómo hacer mejores clases a la persona que me metió a mí en la docencia, pero sí puedo sugerirle que no intente competir contra la tecnología; úsela a su favor como el judoka. ¡Cómo no se va a poder aprender algo dela Britney Spearssemidesnuda!




