¿Qué queremos formar?

José Luis Widow Lira | Sección: Educación, Política

La pregunta que hace las veces de título de este pequeño artículo la realizó Srta. Camila Vallejo en un programa de televisión llamado Tolerancia Cero. Evidentemente es la pregunta central entre todas las posibles que atañen al problema de la educación. Tiene que ver con los objetivos que se quieren lograr, sin los cuales, o sin tener claridad respecto de ellos, cualquier cosa que se haga, probablemente se pierda en burocracia, en insatisfacción, en manifestaciones inconducentes, etc. y no se traduzca en personas mejor educadas.

La Srta. Vallejo deslizó una respuesta a esta pregunta. Dijo: “¿qué queremos formar? Ciudadanía… Queremos formar sujetos, seres humanos… o solamente profesionales y técnicos reproductores del aparato productivo, reproductores del mercado… Yo creo que no, yo creo que queremos formar sujetos de transformación (frase ininteligible), que no sean fáciles de dominar, que caigan en la ignorancia creyendo que recibieron una buena educación”.

Entiendo que el programa periodístico al que ella asistía no era la ocasión para tratar nada en profundidad. Por eso no le reprocho a la dirigente universitaria que su respuesta sea tan vaga y superficial  y que lo que quedara de ella no fuera más que una generalidad y, aún más, preocupante.

Estamos más que de acuerdo en que no queremos reproducir un hombre formado según los vaivenes del mercado. Pero qué diantres quiere decir la Srta. Vallejo cuando nos anuncia que quiere formar “sujetos de transformación, que no sean fáciles de dominar”. ¿Transformar qué? ¿Qué la transformación se dirija hacia dónde? ¿Con qué medios? Que no se dejen fácilmente dominar por quién o por qué… ¿por los padres, porque la familia es una institución burguesa? ¿Por la ley, porque es de una sociedad capitalista? ¿A qué ignorancia se refiere? ¿El que no se suma a las transformaciones que ella impulsa es por definición un ignorante, producto de la sociedad capitalista?

Estoy consciente de que una vez más pasamos por un período en el cual todos nos queremos convencer de, o hacemos como, que hoy contamos con un Partido Comunista moderado, civilizado, que ya no es el de antaño. No sé por qué pasaremos por esos períodos. ¿Será la comodidad de que todo siempre seguirá igual a como ahora y nuestro mundo pequeño no será tocado? ¿Será la cobardía de la avestruz que mete la cabeza en el hoyo? No lo sé. Lo que sí sé es que si la avestruz que se queda mucho rato  con su cabeza en el hoyo el león se la termina comiendo. ¿No será hora de dejar de autoengañarnos y preguntarle a la Srta. Vallejo qué es lo que realmente quiere formar?  O quizá mejor, ¿no será hora de que nosotros respondamos qué es lo que quiere formar la Srta. Vallejo y su movimiento estudiantil? Cuando un dirigente comunista insiste hasta la saciedad que quiere calidad en la educación, pero por ahí desliza que quiere que la educación cree agentes de transformación que sean difíciles de dominar, es bastante fácil responder qué es lo que realmente persigue si se conoce la historia: si no me creen a mí, revisen las propuestas que un día hizo Paulo Freire, o los textos de estudios de la Nicaragua sandinista, o los sistemas de reeducación de la antigua Unión Soviética… o la ENU en Chile. La respuesta a la pregunta de qué es lo que quiere Vallejo y Cía. es una: ser sujeto de transformación difícil de dominar significa ser un agente revolucionario.  ¿Suena a pasado de moda? Sí, es cierto… pero qué quieren que le haga… la historia no me dice otra cosa por más que rebusque. ¡Usted es muy suspicaz!, dirá la avestruz desde su agujero. ¡Usted no entiende que el PC ya no es el de antes y que hoy es democrático!, dirá el pequeño burgués mientras goza de las bondades de una sociedad de consumo. Así nos fuimos en los en los años ’50 y ´60. Por mi parte, aunque una vez más en una posición minoritaria –es mi sino– no le creo a la Srta. Vallejo, ni, por supuesto, a sus compañeros de ruta cuando me hablan de educación de calidad. Ella no está hablando de lo que los hombres de a pié más o menos entienden por ese término.

No le creo, porque el objetivo que tienen es ideológico: ellos, a diferencia de la derecha, sí saben a dónde quieren ir con la educación y, aunque hoy inconfesado, es el mismo de siempre: su instrumentación para los fines de poder e ideológicos que persiguen de manera de implantar una sociedad materialista y anticristiana.

No le creo, porque históricamente han usado como instrumento para avanzar en sus propósitos las verdades a medias o directamente falsedades.

No le creo, porque el sólo movimiento estudiantil de2011 hamostrado que acomodan su discurso según las conveniencias de poder.

No le creo porque ya antes de saber qué pasaría con las medidas que se tomaran, habían anunciado la continuación de las protestas para el 2012.

Lo triste de todo esto, es que la educación, de verdad, necesita de reformas. Lo que hasta el momento hemos conseguido es hundirla más de lo que ya estaba y en el peor de los fangos: el ideológico, funcional al Partido Comunista.