El costo de ganar a como de lugar

Hermógenes Pérez de Arce | Sección: Familia, Política

El gobierno está en problemas porque debe cumplir las promesas que el presidente hizo como candidato. Ahora el oficialismo se debate en un mar de contradicciones internas, porque debe cumplir con legislar en favor de las parejas homosexuales, dándoles algo lo más parecido posible a lo que piden: legalizar su matrimonio.

Claro, el candidato les hizo promesas porque necesitaba esos votos y, como lo único que le interesaba era ganar, no le importó que la idea fuera un completo contrasentido desde los puntos de vista racional y moral. Porque legislar para eso es racionalmente innecesario y moralmente inaceptable.

Lo primero, porque no se requiere de una ley para que dos personas del mismo sexo lleguen a un acuerdo para vivir juntas. Dentro de la libertad contractual y bajo la legislación actual pueden hacerlo. Pero, claro, lo que los homosexuales quieren no es sólo eso, sino que la sociedad consagre su unión como si fuera un matrimonio.

Y esto es moralmente inaceptable, porque implicaría que pudieran tener hijos, pero la naturaleza dicta que dos personas del mismo sexo no pueden tener hijos. Entonces pretenden tener niños ajenos. ¿Es prudente entregar la crianza y formación de un niño a dos homosexuales? La respuesta cae por su propio peso.

Por eso la gente que tiene un mínimo de formación moral no admite esa posibilidad y de ahí nacen las discrepancias que semejante proyecto de ley suscita en los partidos de gobierno (y, estoy cierto, en el seno mismo de éste, entre sus ministros, subsecretarios y altos funcionarios).

Las promesas implícitas y explícitas que el candidato Piñera hizo a la comunidad homosexual no debieron haber sido toleradas por la gran mayoría de los que eran sus partidarios, pero lo fueron, porque ni a aquél ni a éstos les importó nada eso, con tal de ganar.

Bueno, pero es que el fin no justifica los medios. No se puede hacer cualquier cosa con tal de ganar. Ni en los negocios ni en el deporte ni en la política ni en la vida.

Tarde o temprano, al menos alguna gente decente iba a levantar su voz. Y lo está haciendo ahora.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Blog de Hermógenes, http://blogdehermogenes.blogspot.com.