Carta para un ecologismo consecuente
José Luis Widow Lira | Sección: Sociedad
Estimados 74% de conciudadanos y conciudadanas:
Con emoción me he enterado, leyendo la prensa, de la razonada, inconmovible y, por qué no decirlo, heroica posición que han tomado frente al peor atentado que ha sufrido nuestra patria en mucho tiempo, quizá habría que decir en siglos. Me he enterado de que se oponen con todas su energía (que no es hídrica, por supuesto) a la construcción de las centrales hidroeléctricas en la región de Aysén. Es imposible no sentir emoción, porque es la demostración de un pueblo que, contrariamente a lo que se dice, mantiene inalterada su conciencia de bien, y que no está dispuesto a transarla por nada del mundo. Eso es idealismo. Eso es lo que necesita Chile: entregarse a las causas grandes que definen el decurso de la historia de la humanidad.
Sin embargo, estimados 74% de conciudadanos (si me permiten, para evitar tan extenso apelativo, omitiré el de conciudadanas) me parece que, no obstante la nobleza de su posición, ella no ha llegado al fondo del asunto. Me parece que no han enfocado la discusión y las protestas donde corresponde. ¿Por qué preocuparse sólo de Hidroaysén si la verdad es que Chile está mucho más dañado que esta sola zona? Por supuesto que no estoy afirmando que las centrales proyectadas no sean un problema, sino que estoy tratando de decir que ellas son solo la punta del iceberg.
En Chile, en este momento, si la información que tengo no es errada, hay más de 35 centrales hidroeléctricas funcionando. Unas más unas menos, pero todas ellas alteraron el entorno natural en el cual están instaladas. Como me parece que un mal que se hace por más tiempo es más grave que el mismo que se comete por menos tiempo, soy un convencido de que el daño que ha provocado la existencia de estas centrales es más grave que el que podrá derivarse de Hidroaysén. ¡¡¡Algunas de estas centrales llevan más de medio siglo atentando contra la armonía de la naturaleza!!! ¡¡¡Muchas de ellas, como el vampiro, han arrancado por décadas su sangre a la tierra para transformarla en sucio dinero!!! ¿Y contra esto no vamos a decir nada?
El problema que tenemos es mucho mayor que el de las centrales de Aysén. El problema no está en una región de Chile. El problema está en todo Chile.
74% de amigos (ahora, para ahorrar la energía que gasto al escribir en mi computador, y así dar un testimonio más de esa conciencia ecológica que hoy más que nunca necesitamos difundir, omitiré no sólo el apelativo de conciudadanas sino también el de conciudadanos, porque son muy largos) quiero invitarlos a que aprovechando la conciencia que se ha generado a propósito del naturacidio del sur, llevemos nuestra lucha al fondo del asunto. Hay que oponerse a todas las centrales hidroeléctricas existentes. Deben ser destruidas –sí, simplemente destruidas– para que la madre naturaleza pueda hacer crecer en esos lugares, nuevamente, esos hijos que alguna vez echaron sus raíces y ofrecieron sus frutos en esas tierras. Tierras que hoy están emponzoñadas con la ambición de un hombre que por un poco de luz –superflua comodidad– es capaz de sacrificar la pureza sagrada de Gea. No se trata, por supuesto, de un fundamentalismo naturalista, pues no estoy abogando porque nos quedemos sin energía. Se trata de que reemplacemos esta fuente de energía invasiva y destructora por otra limpia y amable con la naturaleza. ¡¡¡Seamos consecuentes!!! Si no queremos Hidroaysén es porque no queremos centrales hidroeléctricas en ninguna parte.
Esa misma consecuencia, que creo debemos demostrar en esta hora trágica, debe llevarnos también a una oposición enérgica a las centrales a carbón, a gas y por supuesto a las de energía nuclear. Hay alternativas mejores. Tampoco se trata de poblar miles y miles de hectáreas con paneles solares o molinos para recoger la energía del viento. También hay energías mejores que éstas. Se trata simplemente de descubrirlas y desarrollarlas. Mostremos a Chile y al mundo que somos capaces de tomarnos nuestro amor a la naturaleza en serio y con consecuencia.
Estimado 74%, espero que reciban este mensaje con la buena disposición que hasta ahora han demostrado cada vez que han debido entregar su esfuerzo por esta hermosa causa que nos ocupa. No me queda más que despedirme y recomendarles que una vez que hayan leído esta carta en la página web, apaguen el computador porque la electricidad está cada vez más cara… ¡¡¡y nadie hace nada!!!




