Aprender de los éxitos educativos de Finlandia

Inger Enkvist | Sección: Educación

Finlandia es la campeona mundial de educación, si utilizamos como medida los informes PISA. Para los alumnos de 15 años, Finlandia está en la cumbre mundial en matemáticas, ciencias naturales y comprensión lectora; además, ha mejorado su puntaje en comparación con la recogida de datos anterior. Este país destaca por tener muchos alumnos buenos y muy pocos alumnos realmente flojos. La escuela finlandesa es gratuita, obligatoria y estatal hasta los 16 años.

Hay un dicho que reza más o menos así: el que no aprende de sus propias experiencias es tonto, el que aprende de sus experiencias es inteligente, y el que aprende de las experiencias ajenas es sabio. En este caso, ¿qué pueden aprender otros países de los éxitos finlandeses en educación? Se pueden destacar unos cuantos rasgos:

—    Un enfoque claro en la lectoescritura. Desde el primer momento hay mucha práctica de lectura y un claro énfasis en la comprensión lectora. Se lee en todas las materias. La buena comprensión lectora es la principal explicación también de los buenos resultados de matemáticas y ciencias naturales. Además, ocurre que la capacidad de lectura es mejor predictor de buenos resultados en las pruebas internacionales que el nivel socioeconómico del alumno.

—    En primaria, se dedica mucha atención el primer año a enseñar buenas costumbres de estudio al alumno: el saber estar quieto, el saber escuchar, el saber seguir una instrucción, el saber tener su material escolar en orden, el cumplir con las tareas. También debe aprender a formular preguntas y a participar en una conversación en la clase. Esta socialización del niño para que se convierta en alumno constituye la base sobre la que pueden construir después los otros profesores.

—    No se “permiten” conductas que perturben las clases ni tampoco se “permite” que ningún alumno quede rezagado. Para lograr esto, los finlandeses han montado una enseñanza remedial con profesores especializados, un servicio que presta ayuda a un 20 % de los alumnos cada año.

—    Para los alumnos ambiciosos no hay ningún estímulo extra previsto. Sin embargo, ya que el sistema escolar finlandés es selectivo después de los 16 años y, sobre todo, hay selección para entrar a la universidad, los alumnos que quieren seguir sus estudios se esfuerzan por aprender.

—    El reclutamiento de los profesores es muy importante. La profesión es tan popular que la formación docente atrae a muchísimos más candidatos de los que son aceptados. Las cifras varían según las regiones, pero puede haber entre 3 y 10 solicitantes por plaza. Esto quiere decir que los profesores forman parte de la élite finlandesa, y lo saben; los alumnos lo saben y los padres de los alumnos lo saben. Por eso, pocos cuestionan a los docentes o a la escuela, con lo cual hay un ambiente en el que los profesores pueden dedicarse a enseñar. La docencia es una profesión intelectual y cultural, y no social.

Para decir todo esto de otro modo: el secreto podría ser que los buenos profesores saben seleccionar lo más importante y enseñarlo de manera atractiva. Saben que sus clases no van a ser interrumpidas por “graciosos” y, si sucediera, pueden pedir ayuda a un profesor de enseñanza especial. Los alumnos saben que les conviene estudiar, porque así tendrán más opciones en el futuro. Los padres y las autoridades confían en los profesores, saben que la educación es importante para el futuro del país y dejan que los docentes hagan su trabajo. Los informes PISA han conferido más prestigio todavía a los profesores, y nadie se atreve a opinar sobre cómo trabajan.

En un contexto chileno, alguien podría decir que es fácil para Finlandia, que tiene más recursos y una tradición de siglos de tener una población alfabetizada. Es cierto, pero en los años 60 Finlandia era un país “del montón” en cuanto a los resultados escolares, y ha ido mejorando sus resultados paso a paso. En educación sólo valen los planes a largo plazo.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mercurio.