Capital humano

Max Silva Abbott | Sección: Educación, Familia

Aunque parezca una frase ya muy gastada, lo cierto es que el problema de la educación escolar en Chile se está convirtiendo en un auténtico problema-país de máxima importancia.

En efecto, en nuestro mundo cada vez más globalizado y sometido a fuertes cambios tecnológicos, el trabajo manual va perdiendo terreno frente a la creciente importancia del conocimiento y las habilidades, que apuntan a las facultades superiores del hombre.

De hecho, hace ya varios años, Gary Becker, Premio Nobel de Economía de 1992, señalaba que para el desarrollo de un país no bastan los solos conocimientos técnicos. Si bien son fundamentales, a su juicio lo más importante es la formación ética de las personas, pues a fin de cuentas, son ellas las que tienen que tomar decisiones, decisiones que requieren de un conjunto de actitudes fundamentales: una cultura del esfuerzo, la educación en la tarea bien hecha, el sentido del trabajo, perseverancia, ingenio, imaginación, amor, solidaridad, iniciativa, respeto, responsabilidad, honestidad y un largo etcétera. En suma, que se requiere de personas estables, equilibradas e íntegras. A todo esto llamó “Capital Humano”.

Y también se dio cuenta que la principal responsable en la formación del “Capital Humano” es la familia, la cual viene a ser, a fin de cuentas, el principal factor para un adecuado crecimiento económico. Esta tarea la logra al otorgarle a los hijos formación, educación y salud, además de inculcarles una serie de normas internas, hábitos y sistemas de relaciones que serán fundamentales en su porvenir.

En suma, este autor se dio cuenta que el hombre es el centro de la economía, y que es la estructura abierta del ser humano (ser un ente no finalizado, y por lo mismo, tremendamente moldeable) nuestra mayor riqueza, si se actúa responsablemente. En suma, que los valores son un fuerte activo personal.

09-foto-1Lo anterior se debe a que el hombre es una unidad, un todo, de modo que lo que le afecte en un sector, repercutirá globalmente en él. Y como las sociedades están constituidas por personas, lo que les ocurra a éstas, tarde o temprano se proyectará en aquella. Es por eso que la economía, como por lo demás, cualquier otra actividad humana, requiere de un entorno adecuado, de un “ethos” fundamental.

Sin embargo, si de acuerdo a los resultados del primer Simce escrito rendido en 2008, 3 de cada 4 alumnos no tienen el nivel de escritura deseable para cuarto básico; si el 62% de los niños nacen fuera del matrimonio; y además, el 15,6% de los nacidos en Chile son hijos de madres menores de 19 años, no nos extrañemos de nuestros magros resultados en este y otros aspectos. A fin de cuentas, lo más importante somos y no podemos dejar de ser, las personas y nuestra formación integral.