Superdirectores, ¿la supersolución?

Manuel Peñaloza Concha | Sección: Nos han escrito

Justo cuando le quedan un par de meses de gobierno y los profesores reclaman por la “deuda histórica”, la Sra. Ministro de Educación, hace anuncios para la educación de nuestro País y pone en titulares millonarias promesas. Me refiero al Plan Nacional de Formación de Directores, cuyo objetivo sería formar a 200 docentes en programas de Máster en Excelencia Directiva, a partir del segundo semestre de 2010. Con una inversión de 1400 millones de pesos.

Nos ofrece una solución tomando propuestas de un académico extranjero, que no se deben desestimar, pero que colisionan con otros estudios que dicen que la gestión escolar, sólo influye en un quince por ciento en los resultados globales de la escuela. Si los recursos existen podrían estar mejor invertidos proveyendo a las escuelas del equipamiento y de los recursos didácticos mínimos necesarios. Las personas que miran la educación desde fuera, seguramente quedan muy impactados por la cadena de anuncios que el ministerio de educación hace en torno al equipamiento de las escuelas, muchos de los cuales resultan ser sólo anuncios que benefician a una o dos escuelas que aparecen en la publicidad.

Al proponer un plan de formación de nuevos directores, ignora que los actuales directivos están en sus puestos bajo requisitos de concurso y de duración de los cargos, creados e impuestos por la Concertación, a pesar de los reparos que en su momento se hicieron a esta majadera forma de nombrar directivos. Proponer esta nueva formación de directores implica descalificar sin ningún antecedente serio la labor que los directivos realizan en miles de Liceos y Escuelas de nuestro país. La evaluación docente directiva que podría aportar información válida se viene posponiendo sin mayores explicaciones desde hace varios años.

Para entender lo que sucede hoy con la administración escolar, haremos la comparación con lo que sería poner pilotos de Fórmula Uno a correr en citronetas, en general todos tendrían malos resultados y además sería difícil distinguir entre los de excelencia y los mediocres. Hoy en día los directores de colegios poseen escasas atribuciones para gerenciar un colegio. Por ejemplo, en la evaluación del profesorado, los directores de colegios pueden “evaluar” con un llamado “Informe de terceros” que vale un 5% de la evaluación total. ¿Qué administrador de personal en este país es menguado de esta manera? Me pregunto ¿Estos nuevos 200 superdirectores que costarán 1.400 millones de pesos, ¿también van a “evaluar” en un 5% a sus profesores? ¿También van a durar cinco años en sus puestos? ¿Podrán elegir a su equipo de gestión? ¿Podrán elegir a sus profesores? ¿Tendrán alguna incidencia en el destino de los recursos que ingresan a la escuela?

El mejoramiento de la educación reside en varios factores, de los cuales el gobierno no se hace cargo y que son de directa responsabilidad ministerial. En un estudio de Coleman (1966) ya se atribuyó a la familia la principal importancia en el logro de aprendizajes de los alumnos. Hoy en Chile, cuando se trata de justificar la diferencia de resultados de las escuelas y Liceos en el SIMCE o en la PSU, son las autoridades ministeriales quiénes primero afirman que es la variable socioeconómica la que marca la diferencia en los resultados. ¿Qué se ha hecho para intervenir esta variable? Es cierto, algunos estudios demuestran que la gestión puede ayudar al cambio. Pero, ¿podrá un músico realizar un bello concierto con un instrumento desafinado? Nada se dice si la formación de estos nuevos “superdirectores” va a ir acompañada del respaldo legal y político necesario para actuar con la fuerza que una administración basada en liderazgo necesita. Hay estudios que demuestran que el gasto por alumno (Informe OECD, Prueba PISA 2006) y la calidad de los profesores tienen mayor impacto en el éxito escolar de los estudiantes. Los incentivos son otra variable que inciden en el mejoramiento de los resultados y hoy en día prácticamente no existe estimulo para los profesores que esté relacionado al resultado de sus alumnos.

El gobierno ha aumentado el gasto haciendo proclamas y publicitando los ya hechos, pero ya en los descuentos de sus gobiernos se ve difícil que tengan los resultados que en 20 años y a pesar de más que triplicar el gasto en educación, no lograron. En las próximas semanas seguiremos siendo espectadores de cómo los ministros, intendentes y otros siguen su danza con millones. Mientras tanto, nuestros niños y jóvenes siguen esperando por que se pague “la otra deuda histórica” la deuda con tener una educación de calidad para los más pobres de nuestro país.

Manuel Peñaloza Concha