Leí con mucha atención su denuncia de agresión verbal en la calle.

Es increíble que ya pasado tanto tiempo de los acontecimientos del 11 de Septiembre de 1973 todavía queden personas que hablen de esa manera en contra de otros que opinan distinto.

Para mi estas situaciones son consecuencia de la falta de identidad que los chilenos tenemos, ya que nuestra sociedad se basa en sectores divididos económicamente, y estos sectores tienen marcadas tendencias políticas, sociales y formas de encarar nuestras frustraciones. La forma de vida que a través de los tiempos han llevado cada una de estos sectores sociales son muy distintos, si usted viaja en Metro se puede dar cuenta de los distintos tipos de reacciones de las personas.

Se pueden hasta dividir en comunas, si algún sociólogo se dedicara a observar los comportamientos por sectores cuando estamos de viaje confundidos unos con otros, cuando ya estamos llegando a nuestros “territorios” etc. Se podrían sacar muchas conclusiones para entender nuestros comportamientos. Claro que esto se produce en las edades de los adultos jóvenes y mayores; la juventud es más tolerante, y la tercera edad se ve mucho más resignada.

Yo veo las cosas así. Creo que a los chilenos nos faltan sueños, temas, proyectos, identidad en común, sin diferencias de poder del dinero, sin interpretar que “a los pobres se les ayuda, la clase media es explotada, y los ricos son abusivos e insensibles”.

Es cosa de ver como Farkas fue rápidamente querido por “el pueblo”, Henríquez Ominami es agradable por su lucha, y los candidatos tradicionales no alcanzan a convencer de su transparencia de ganar para sacar de la mediocridad al país.

Creo que ellos saben donde hay que poner las fichas pero…

Y para mi es nuestra Iglesia la que debe sacar su fuerza de fe en Jesús. Siempre recuerdo el acto heroico que hizo Jesús cuando llegó al templo, llamado por los Maestros para exponer porqué Él era el Mesías, y vio los mercaderes y como se usaba la casa de Dios para hacer negocios y exploto en ira.

Bueno para mí, Chile (los chilenos) es la iglesia, Jesús es nuestros guía espiritual, y el Estado son esos Maestros que están usando su iglesia para hacer negocios. Entonces nuestros guías deben fortalecer cada día más su iglesia, ser mucho más activa en sus enseñanzas, y volver dirigir con un fuerte espíritu cristiano nuestro país.

Alberto