Señores candidatos, queremos conocer sus posiciones acerca de lo que realmente nos importa.

Mario Correa Bascuñán | Sección: Política

Buena se está poniendo la cosa con esto de las elecciones. En efecto, cualquiera se taima y presenta su candidatura indeclinable, hasta las últimas consecuencias. Y presenciamos todos los días una verborragia incontrolable, de cosas que no interesan a nadie. Y luego, los más aburguesados políticos comentan estupefactos acerca de la incomprensible apatía de la gente, especialmente de los jóvenes, respecto de la política.

Entretanto, siguen las alianzas y las rupturas. Se llama a unas elecciones primarias de la Concertación y, cuando le pasan la aplanadora al pobre Gómez, aparecen los Latorres, Escalonas, Auths, etc., regurgitando democracia y unidad de la Concertación, con su candidato único para derrotar a “la derecha”, como llaman a la Alianza por Chile, que cada día es menos derecha. Claro que ellos no son “la izquierda”, sino la Concertación; y la gente de la Alianza los llama así, en lugar de referirse a ellos como lo que son: “la izquierda”, fracasada en todo el mundo. Pero aparece Enríquez-Ominami y han quedado desconcertados. Entonces, vamos sacando cuentas electorales, a ver si atrayendo al Partido Comunista, quitándoles algún diputado a los democristianos, juntando unos votitos por aquí o por allá, logran atajar el desmoronamiento de su ingeniería electoral.

Por otra parte, Zaldívar aparece más contradictorio que nunca. Dice todo lo que su interlocutor del momento quiere oír; pero atrae poco, porque la gente ya no le cree y lo compara con Frei Bolívar.

Otro candidato nos llena de promesas de auge económico y realiza todo tipo de pirotecnia ditirámbica.

01-foto-21Pero de los problemas reales, de esos que sufre el chileno común y corriente, que trabaja con gran esfuerzo, si es que no ha debido soportar la cruel lacra de la cesantía, no se habla en ningún océano azul ni se ha oído en Tantauco alguno.

Si hay algo que tiene destruido a un sinnúmero de hogares, transversalmente, en todos los estratos económico-sociales, es el problema de la droga, con diversos compuestos, desde el Neoprene hasta el Crack, pasando por una larga serie de denominaciones. Familias de esfuerzo sufren el desastre de alguno de sus miembros dependiente de estas sustancias tóxicas, que degradan al ser humano que ha perdido totalmente su libertad y que rueda cuesta abajo por la pendiente del vicio. Y un vicio trae a otro: de la droga al alcohol, que es otro tipo de droga; de éste, al robo; y del robo a la agresión y de ahí, al homicidio, en fin…

Éste es un tema acuciante para toda la sociedad; pero los candidatos, en el mejor de los casos, no han dicho esta boca es mía.

El candidato Frei, como ya lo hemos podido apreciar respecto de otros asuntos de principios y de bien moral, está dispuesto a discutirlo todo. Todo es relativo, según la conveniencia electoral del momento; no sea que se vayan los votos por una inoportuna declaración de principios. Además, si lo remecen un poco, va a aparecer algún indulto de narcotraficante de su filiación política; Martita dirá que es responsabilidad de la Ministra de Justicia, y el carismático candidato dirá que sume la responsabilidad política. ¿Y qué sacamos con eso? ¿Qué consecuencias trae asumir esa responsabilidad? Presumiblemente ninguna, porque a la gente normal, lo que digan estos políticos estereotipados no le interesa. En todo caso, mejor no hablar del tema, que es incómodo.

01-foto-31El candidato Enríquez-Ominami, con su nueva forma de hacer política, mucho más cercano a la gente y hasta simpático, es la ideología misma. Se ha dicho que es partidario de legalizar la marihuana, en lo que comparte con políticos liberales de derecha, y como se lo oímos en días pasados en “Estado Nacional”, al profesor Gonzalo Rojas le reconoció que su candidatura no tenía ningún límite. De la libertad al libertinaje, por el camino más directo. No sé por qué; pero me trae a la memoria un rayado de muralla de hace unos años que decía “Jesucristo es el camino, la marihuana el atajo”.

¿Y los demás? El anquilosado Arrate, que es como esos japoneses que descubrieron hace unos años en una isla del Pacífico Sur y que no se habían dado cuenta de que la Segunda Guerra Mundial había terminado, no podrá dejar de recordar que en los tiempos de su juventud era de los que gritaba con el puño en alto: ¡Prohibido prohibir! En consecuencia, despenalización del consumo y tráfico de las drogas. ¿O habrá cambiado?

Zaldívar, probablemente dirá que “depende”. Claro, de las circunstancias y del interlocutor, aunque probablemente se manifieste en contra de este libertinaje si piensa que puede recuperar el voto de algún bucólico social cristiano de la primera hora. Si así no fuera, mejor guardará un sepulcral silencio.

En suma, de un tema de la gravedad y de la actualidad que tiene éste, ningún candidato, salvo Marco, nadie dice nada; y cuando éste habla, mejor que no lo hubiera hecho.

01-foto-4Señores candidatos, el pueblo de a pie, el trabajador que se gana el pan con esfuerzo; el empresario que trata de surgir y de dar trabajo en medio de la crisis, que advierte la drogadicción entre sus trabajadores; el padre de familia que hace ingentes esfuerzos por educar a sus hijos y protegerlos de un medioambiente corrupto y materialista, no siempre con buen éxito; el poblador que debe ir saltando por encima de los drogadictos derrumbados en las inmediaciones de su casa, rogando que ninguno de ellos sea su hijo; quieren saber cuál será la política de cada uno de ustedes para enfrentar este flagelo, que destruye personas, familias y economía, para el lucro de unos pocos y poderosos desalmados, que incluso manejan gobiernos y países enteros. Y que hasta pueden financiar campañas electorales a cambio de impunidad…

Y hasta aquí, no se oye, padre. Puros cálculos electorales. ¿Cómo quieren que los jóvenes participen en política?