Democracias globalizadas: Falsas libertades
Luis Fernández Cuervo | Sección: Política, Sociedad, Vida
 Hace años, en un artículo titulado “La cara oculta de la ONU” avisé sobre los males que nos llegan de esta organización mundial cuya finalidad debería ser benéfica y no destructora. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue fundada en 1945 con el objetivo de preservar la paz entre los países, luego de dos guerras mundiales que fueron trágicas para la humanidad, resultando la muerte de millones de seres humanos, muchos de ellos inocentes. Han pasado muchos años y ¿cuál es el balance? Repito, actualizado, algo de aquel artículo mío: “La ONU es como la Luna. A simple vista presenta siempre sólo una de sus caras; una cara que es real y altruista, aunque su pálida y benéfica luz sea, tantas veces, poco eficaz, perdiéndose en las espesas nieblas de su espesa burocracia. Pero la ONU tiene otra cara oculta mucho menos agradable, nada benéfica y desde luego más eficaz. Desde ella, una serie de ideólogos poco conocidos y un hormigueo incansable de funcionarios muy bien pagados, especialmente en la UNICEF, la OMS, el PNUD y el FONDO de POBLACIÓN, son los que tejen y mueven los hilos principales de la “Cultura de la Muerte”.
Hace años, en un artículo titulado “La cara oculta de la ONU” avisé sobre los males que nos llegan de esta organización mundial cuya finalidad debería ser benéfica y no destructora. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue fundada en 1945 con el objetivo de preservar la paz entre los países, luego de dos guerras mundiales que fueron trágicas para la humanidad, resultando la muerte de millones de seres humanos, muchos de ellos inocentes. Han pasado muchos años y ¿cuál es el balance? Repito, actualizado, algo de aquel artículo mío: “La ONU es como la Luna. A simple vista presenta siempre sólo una de sus caras; una cara que es real y altruista, aunque su pálida y benéfica luz sea, tantas veces, poco eficaz, perdiéndose en las espesas nieblas de su espesa burocracia. Pero la ONU tiene otra cara oculta mucho menos agradable, nada benéfica y desde luego más eficaz. Desde ella, una serie de ideólogos poco conocidos y un hormigueo incansable de funcionarios muy bien pagados, especialmente en la UNICEF, la OMS, el PNUD y el FONDO de POBLACIÓN, son los que tejen y mueven los hilos principales de la “Cultura de la Muerte”.
Hablar de Cultura de la Muerte es una acusación muy grave. Pero desgraciadamente es una acusación justa, verdadera, siempre actual ¡y cada vez más urgente! porque, a través de la ONU, y de otros agentes internacionales, silenciosos y casi anónimos, día tras día, comprando voluntades de políticos y funcionarios locales, van imponiendo, en todos los países, la corrupción sexual, los anticonceptivos que en realidad son abortivos, la eutanasia, la manipulación biológica de embriones humanos, “desechables” como si fueran basura, y el aborto como un derecho de la mujer y una práctica médica recomendable y legal.
Por tanto, cultura de la muerte física, pero, en la medida en que se sigue extendiendo, muerte también, en los seres humanos, de lo mejor de sí mismos: su dignidad personal, su carácter espiritual, su libertad moral, su fe religiosa y su felicidad verdadera. Resulta así que se llenan la boca con palabras tan dignas como democracia y libertad, pero en la realidad vivimos bajo las fortísimas presiones mundiales de una tiranía disfrazada de democracia.
 El 10 de julio de 2008, la Lic. Rocío Gálvez de Lara (Presidenta) y el Lic. Jorge Serrano Limón (Director) del Comité Nacional Pro-Vida de México enviaron una carta abierta a la Sra. Liliana Valiña, representante de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Organizaciones Unidas para los Derechos Humanos donde señalaban que “la práctica y legalización del aborto cobra alrededor de 50 millones de vidas a nivel mundial, lesiona gravemente la vida y la salud de las mujeres que son víctimas de éste, daña a las familias y destruye el tejido social, corrompiendo el ejercicio de la medicina y vulnerando los derechos humanos más elementales: ‘El aborto es el mayor destructor de la paz’ (Madre Teresa de Calcuta). En este ámbito, la ONU ha trastocado su misión y se ha convertido en el mayor enemigo de la paz al proponer el control natal y el aborto como soluciones frente a los desafíos demográficos que enfrenta el mundo. Ha presionado a nuestro país mediante el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW) así como con la oficina del Alto Comisionado de Derecho Humanos en México para la legalización, difusión e implementación de dichas prácticas.” Este es un ejemplo como otros muchos.
El 10 de julio de 2008, la Lic. Rocío Gálvez de Lara (Presidenta) y el Lic. Jorge Serrano Limón (Director) del Comité Nacional Pro-Vida de México enviaron una carta abierta a la Sra. Liliana Valiña, representante de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Organizaciones Unidas para los Derechos Humanos donde señalaban que “la práctica y legalización del aborto cobra alrededor de 50 millones de vidas a nivel mundial, lesiona gravemente la vida y la salud de las mujeres que son víctimas de éste, daña a las familias y destruye el tejido social, corrompiendo el ejercicio de la medicina y vulnerando los derechos humanos más elementales: ‘El aborto es el mayor destructor de la paz’ (Madre Teresa de Calcuta). En este ámbito, la ONU ha trastocado su misión y se ha convertido en el mayor enemigo de la paz al proponer el control natal y el aborto como soluciones frente a los desafíos demográficos que enfrenta el mundo. Ha presionado a nuestro país mediante el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW) así como con la oficina del Alto Comisionado de Derecho Humanos en México para la legalización, difusión e implementación de dichas prácticas.” Este es un ejemplo como otros muchos.
¿Efecto de esta carta-protesta? ¿De cualquier legítima protesta? Nada. No son noticia. No interesa difundirlas. Casi todas las agencias informativas internacionales son “larga mano” de esa globalización corruptora. Tampoco difundirán este artículo mío. Somos los disidentes. Somos “la resistencia”, los “partisanos”, combatientes aislados contra un imperialismo globalizante, antinatalista, racista y peor que el nazismo, porque se disfraza de benefactor.
El PNUD hace declaraciones honorables defendiendo, para el desarrollo, el respeto a las culturas propias de cada país. Pura hipocresía, porque luego se pone a contratar, en un país mayoritariamente cristiano como el nuestro, a mujeres que sean difusoras del falso derecho al aborto.
 Varios países africanos se han ido zafando de la anticultura del preservativo, que es una rama del mismo imperialismo. Ahora protestan porque los agentes internacionales tratan de imponerles la homosexualidad que, dicen con toda razón, es contraria a los principios morales de su cultura.
Varios países africanos se han ido zafando de la anticultura del preservativo, que es una rama del mismo imperialismo. Ahora protestan porque los agentes internacionales tratan de imponerles la homosexualidad que, dicen con toda razón, es contraria a los principios morales de su cultura.
Es bueno que nuestro planeta tienda a una mayor unidad y que surjan con ello acuerdos económicos internacionales y también nuevas estructuras jurídicas y políticas, siempre que sean beneficiosas. El quid del asunto no está en la tendencia a la globalización, sino en ver de qué modo, a qué precio y sobre todo bajo que lineamientos filosóficos y morales se efectúa.
Se atribuye a David Rockefeller una frase “de oro”: “ganen republicanos o ganen demócratas, el poder lo tenemos nosotros. Pero hay que dejar que la gente vote, así creen que están viviendo en democracia”. Si lo dijo él, lo dijo otro o alguien se lo inventó, el caso es que esa es la situación profunda y real inoculada por unas minorías semi-ocultas en las grandes masas del mundo occidental.
Los pasos más importantes de esta manipulación mundial son, en resumen y sin un orden cronológico riguroso, los siguientes:
1°. A comienzos del siglo XX algunos estadounidenses comienzan a preocuparse por la mayor natalidad de los pobres. Surge, con Margaret Sanger y otros, la teoría e intentos del control natal. “Más hijos para los superiores, menos para los inferiores”, dice Sanger, abierta admiradora de Adolf Hitler, al menos antes de conocer sus campos de exterminio.
 2°. Los avances de la medicina, especialmente con el descubrimiento y aplicación de los antibióticos, frenan la mortalidad mundial y en consecuencia crece espectacularmente la población. Los partidarios del birth-control, difunden el mito de “la explosión demográfica”.
2°. Los avances de la medicina, especialmente con el descubrimiento y aplicación de los antibióticos, frenan la mortalidad mundial y en consecuencia crece espectacularmente la población. Los partidarios del birth-control, difunden el mito de “la explosión demográfica”.
3°. Un “tanque de pensamiento” ofrece la solución: “si queremos frenar la natalidad mundial, hay que cambiar la moralidad de los jóvenes”. Hay que promover la “libre sexualidad”. Con leyes, o por debajo de ellas.
4°. El descubrimiento y comercialización de la “píldora anticonceptiva” llega como el arma más eficaz para frenar la natalidad.
5°. Se funda la I.P.P.F. (Federación Internacional de la Paternidad Planificada), el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) y otros organismos dedicados “full-time” al control natal. Su “larga mano” en los países pobres serán las instituciones hipócritamente tituladas “pro-familia”. Se difunden consignas como “sexo seguro” y “salud sexual y reproductiva”, que no generarán ni salud ni reproducción, sino un aumento enorme de las infecciones de transmisión sexual y un negocio millonario de anticonceptivos. Enfermedades casi desaparecidas, como la tuberculosis y la sífilis, vuelven a propagarse.
 6°. La difusión de anticonceptivos, que Helen Brook comienza en Inglaterra, para frenar la natalidad de trabajadores “de color”, pronto se saldrá de cauce, allí y en toda Europa. Ya no es un asunto de “gente de color”, sino de crecientes masas de jóvenes “cheles”. Consecuencia: se llega al suicidio demográfico: muere más gente de la que nace. Entonces hay que aceptar nuevas oleadas de inmigrantes pobres, porque falta mano de obra barata. Con tanto inmigrante se agudizan los problemas raciales.
6°. La difusión de anticonceptivos, que Helen Brook comienza en Inglaterra, para frenar la natalidad de trabajadores “de color”, pronto se saldrá de cauce, allí y en toda Europa. Ya no es un asunto de “gente de color”, sino de crecientes masas de jóvenes “cheles”. Consecuencia: se llega al suicidio demográfico: muere más gente de la que nace. Entonces hay que aceptar nuevas oleadas de inmigrantes pobres, porque falta mano de obra barata. Con tanto inmigrante se agudizan los problemas raciales.
7°. Drogadictos y homosexuales introducen en el juego un invitado no esperado: el Sida. Pero pronto los desaprensivos la difunden a otro tipo de gente… ¡Qué bien!: ya no es un problema de “conductas especiales”, ahora ya es un problema de todos, una pandemia irrefrenable.
8°. Se crea ONUSIDA y, a su jefe, un periodista le plantea que si todo el mundo viviera la castidad, con abstinencia o fidelidad sexual, el Sida dejaría de ser un problema grave. Responde que sí, que así sería, “pero que ese no es mi problema”. Lo lógico habría sido darle una patada en el trasero a ese sinvergüenza, pero no. Creo que todavía sigue en el puesto.
9°. Resultado: el Sida se extiende por todo el mundo, pero al negocio millonario de los anticonceptivos hormonales se une ahora el de los condones. Pocos parecen hacerse esta reflexión: Si el condón era inseguro como anticonceptivo, aunque una mujer, dentro de un mes, solo puede quedar embarazada en 5 a 6 de sus días. ¿Cómo puede ser seguro contra el Sida, si uno puede infectarse, dentro de un mes, cualquiera de sus 31 días?
 10°. Mientras tanto se ha hecho una extensa propaganda mundial del relativismo filosófico y moral, como conquista de la libertad de pensamiento. Los más radicales predican que los seres humanos solo somos animales, como cualquier otro. Se difunde también el modo masónico de entender la tolerancia: admitir todo tipo de pensamientos y conductas, siempre que estén “libres de prejuicios morales o religiosos”. La laicidad democrática, el pluralismo, se procura que se trasforme en laicismo antirreligioso.
10°. Mientras tanto se ha hecho una extensa propaganda mundial del relativismo filosófico y moral, como conquista de la libertad de pensamiento. Los más radicales predican que los seres humanos solo somos animales, como cualquier otro. Se difunde también el modo masónico de entender la tolerancia: admitir todo tipo de pensamientos y conductas, siempre que estén “libres de prejuicios morales o religiosos”. La laicidad democrática, el pluralismo, se procura que se trasforme en laicismo antirreligioso.
11º. Se puede ser relativista, voluntarista, agnóstico o francamente ateo, todo eso es “progreso”. Se ha creado así, y se va imponiendo, “el pensamiento políticamente correcto”. Que nadie disienta. El pensamiento y las actividades religiosas deben permitirse sólo si se encierran dentro de los templos y de las conciencias individuales. Salir de ese “guetto” debe verse como algo fanático, retrógrado, enemigo de la democracia.
 Esta oleada corrosiva de toda dignidad humana, sigue extendiéndose. Una mayoría creciente, cada vez más animalizada, la acepta sin reparos, aunque la infelicidad profunda, su fruto más profundo y amargo, es innegable. Lo prueba el recurso evasivo a las drogas y el creciente número de suicidios, entre gente que “lo tiene todo” pero todo le resulta vacío.
Esta oleada corrosiva de toda dignidad humana, sigue extendiéndose. Una mayoría creciente, cada vez más animalizada, la acepta sin reparos, aunque la infelicidad profunda, su fruto más profundo y amargo, es innegable. Lo prueba el recurso evasivo a las drogas y el creciente número de suicidios, entre gente que “lo tiene todo” pero todo le resulta vacío.




