Jaime Guzmán Errázuriz, el creador de la institucionalidad democrática

Oscar Muñoz Villegas | Sección: Historia, Política

Por estos días, a casi cuatro meses de la Inauguración del Memorial Jaime Guzmán Errázuriz, cuando las pasiones respecto a la figura del Ex-Senador de la República han calmado, y al conmemorarse 18 años de su trágica e injusta partida, es necesario referirse a su figura excepcional.

Jaime Guzmán Errázuriz, el fundador de la transición democrática en Chile, el cerebro de la institucionalidad social, política y económica de nuestra Patria, ha vuelto al epicentro del debate republicano. Si. La mente, el corazón e ímpetu de la causa por una sociedad libre y responsable en Chile…, está de vuelta.

Pero algunos lo acusan de haber sido “uno de los ideólogos del régimen de Pinochet”, lo cual es medianamente verdadero. Si. Sólo medianamente. En primer lugar porque él jamás fue un ideólogo ya que nunca tuvo ideología. Siempre tuvo una sólida y granítica doctrina, es decir un núcleo de principios compactos e irrenunciables, y otras ideas accesorias de suyo opinables de acuerdo al Bien Común, es decir “a la creación de las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible” (Constitución Política de la República de Chile).

Ante aquella distinción entre doctrina e ideología conviene recordar las palabras de S.S. Juan Pablo Magno cuando estuvo en Chile en 1987, donde recordó que la segunda, acarrea reduccionismos del cual los cristianos deben cuidarse. “Urge en forma especial a los creyentes a no caer en la tentación de recurrir a ideologías ateas o transidas de materialismo teórico-práctico o cautivas del principio de la inmanencia, inmanentismo incompatible con la fe cristiana. Más aún, el sólo pensar ideológico en el sentido actual de esta expresión, ya lleva consigo simplificaciones o reducciones frente a las cuales la conciencia cristiana debe mantenerse en guardia, atenta a la diferencia que media entre la doctrina y la ideología” (Juan Pablo II. Discurso Al Mundo de la Cultura y Constructores de la Sociedad. Pontificia Universidad Católica)

En segundo lugar, si semánticamente se considera a la lexía “ideólogo” como creador de la Institucionalidad de Chile, durante el Régimen Militar, no es una característica negativa, sino un tremendo mérito, porque fue él quien le puso plazos a las metas del Gobierno de la época. Fue él quien delimitó y encauzó el término pacífico y además exitoso de un gobierno autoritario, para dar paso a una sólida democracia, cuyos dividendos le ha tocado cosechar a los sucesores. Entre ellos encontramos la solidez institucional, la apertura económica, la autonomía de los cuerpos intermedios, la libre iniciativa, entre otros.

A lo anterior se le añade el mérito de su actitud inteligente y generosa para crear acuerdos con el objetivo de realizar, como anteriormente se menciona, una sólida y exitosa transición de un gobierno autoritario constitucional a una democracia constitucional protegida (Brunet Bruce, Marcelo, Manual de Derecho Político) “Creo que en la retina de todos nosotros quedó un hombre que se dispuso a ayudar a la transición, a tener unan actitud positiva para generar consenso suficiente para hacer más sólida la transición política, y en ese sentido no es casual que él haya sido un firme partidario de que el Senado de la República lo presidiera un hombre de la Concertación como Gabriel Valdés, y él fue, por cierto, una de las personas que más abogó porque así ocurriera” (Ricardo Núñez, Senador Socialista. 2006. El Mercurio).

Otro de sus mayores méritos es haberse preocupado de manera sincera y silenciosa, y desde luego eficaz, desde dentro del Gobierno Militar a la causa de los Derechos Humanos que él mismo defendió tanto en la Constitución Política de la República de 1980, cómo en la vida práctica con sus esfuerzos para que la DINA y la CNI no cometieran tropelías y crímenes de guerra, lo que lo llevó alejarse diametralmente de Manuel Contreras y a ser espiado y amenazado por el mismo.

“Supimos de los esfuerzos, a esta altura no puedo si no que creerlos sinceros, que él hizo para que la DINA en particular, y la CNI, no cometieran las tropelías de las cuales él mismo estaba consciente que se estaban cometiendo en nuestro país. Es más, supimos por su propia boca lo que se conocía como un rumor, pero que él nos ratificó: su enorme lejanía con Manuel Contreras y las dificultades que había tenido con él e incluso de las amenazas que éste le había propinado” (Ricardo Núñez, Senador Socialista. 2006. El Mercurio).

A pesar de todo el Senador Jaime Guzmán Errázuriz es denostado sistemáticamente por quienes son incapaces de valorar las virtudes de quien opina diferente. No soportan la fuerza creadora de alguien que encauzó toda su vida y desde luego su servicio a la sociedad por amor a Dios y a su Patria.
“Aún hay hombres que embisten cerrando los ojos, que movidos por fanáticas pasiones han sido incapaces de apreciar las cualidades positivas en quien discrepa. Que no soportan la grandeza de quienes son creadores porque han puesto su vida al servicio de Dios. (Gabriel Valdés Subercaseaux, Ex – Presidente del Senado de la República de Chile, Discurso en Funerales del Ex- Senador Jaime Guzmán Errázuriz).




Nota: El autor de este artículo es Licenciado en Comunicación Social y periodista.