El Juez Viajero
José Díaz Herrera | Sección: Política, Sociedad
«La actual situación de su juzgado y el volumen de asuntos urgentes no aconseja una nueva ausencia de su titular». Con estas palabras, emitidas en un comunicado el 18 de noviembre, el Consejo General del Poder prohibía al juez Baltasar Garzón desplazarse a París, donde quería participar en un coloquio sobre el blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. Era una de las pocas veces en la última década que se le denegaba un permiso para viajar al extranjero y participar en congresos, foros y otros saraos. Y es la primera vez que se insinúa que el titular del juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional tiene desatendida su oficina judicial.
Porque entre el 17 de enero de 1997 y el 8 de agosto de 2008, es decir, en los 10 últimos años y ocho meses, Garzón ha pedido 64 permisos para desplazarse al extranjero «a realizar supuestos estudios relacionados con la función judicial». El total de jornadas empleadas en estos viajes, sin incluir el tiempo utilizado en desplazamientos, fue de 207 días. Si se suman los 15 meses de vacaciones pagadas en Nueva York, entre 2005 y 2006, el juez de jueces ha pasado en la última década 663 días laborables fuera de su despacho.
Su número de excursiones al extranjero es escandalosamente alto en relación con el resto de sus colegas. Según el registro de la Comisión Permanente del CGPJ, entre 1997 y 2008 se tramitaron un total de 179 permisos a jueces y magistrados para viajar fuera. De acuerdo con las mismas fuentes, al acumular 64 de esas licencias, puede afirmarse que Garzón fue el más beneficiado de todos: disfrutó de más de la tercera parte de los permisos concedidos a los miembros de la carrera judicial. Teniendo en cuenta que en el escalafón hay 4.415 jueces y magistrados (enero 2008), él solo ha viajado más que 1.000 jueces juntos.
En este periplo por el mundo, el juez más famoso de España y de parte del extranjero ha cubierto unos 923.990 kilómetros. Ello supone que estuvo viajando a bordo de un avión 1.155 horas a una velocidad media de 800 km/h, o su equivalente de 48 días. Si se incluyeran los viajes al extranjero que figuran en los periódicos (Chile, Venezuela, Estrasburgo) o que el mismo magistrado relata en sus libros (Suecia, Noruega, Finlandia…), la cifra sobrepasaría el millón de kilómetros.
Teniendo en cuenta que la circunferencia máxima de la Tierra se estima en 40.075 kilómetros y eligiendo la cifra menos alarmista de 923.990 kilómetros, en los 10 últimos años Garzón habría dado 23 veces la vuelta al mundo. Ha superado a Julio Verne en su imaginación.
Los visados para ausentarse de su despacho le fueron concedidos por unanimidad salvo en un caso. Del 23 al 24 de mayo de 2007 pidió un permiso para acudir a Palermo al XV aniversario de la muerte del juez Giovanni Falcone. El Consejo le autorizó a asistir en «comisión de servicio», con la abstención del vocal Carlos Ríos Izquierdo.
Otro aspecto a destacar es el contenido de los supuestos estudios realizados por el juez nacido en 1955, en la localidad jienense de Torres. Durante la mencionada década, la primera licencia como estudiante le fue concedida exactamente entre el 17 y el 22 de enero de 1997, cuando estuvo en Easton (Pensilvania) y en Washington DC. Los estudios que realizó en Easton consistieron en impartir una conferencia en el Lafayette College titulada Terrorismo Internacional e impacto del terrorismo en Europa y Oriente Medio. En Washington pasó los días 17 y 22 invitado por la Heritage Foundation, también impartiendo conferencias.
Petición denegada
Posteriormente, entre 1998 y 2000, recorre el mundo: Palermo, Brasil, Paraguay, Estrasburgo, Milán, Viena, Nueva York, Sao Paulo, Brasilia y de nuevo Palermo para hablar de lo humano y lo divino. No todo le salió a pedir de boca. A comienzos de 2000, por ejemplo, solicitó permiso para impartir conferencias en la «Universidad de Wisconsin (Milwaukee), en el Centro Rey Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York, en los archivos de las brigadas Abraham Lincoln (sic) y en el foro George F. Kennan». Se proponía hablar sobre los derechos humanos, la soberanía y la justicia internacional en el nuevo milenio y el derecho internacional. La comisión permanente del CGPJ desestimó su petición advirtiéndole: «Si quiere impartir conferencias pida licencia por asuntos propios, sin retribución».
En octubre de ese mismo año, sin embargo, aparece como ponente en el Congreso sobre Derechos fundamentales y Organización del Poder Judicial celebrado el Lima (Perú) bajo los auspicios del colegio de abogados de aquella ciudad. En noviembre interviene en el I Encuentro de Derechos Humanos, Derecho Penal y Derecho Militar organizado por la asociación de letrados brasileños y el 16 de diciembre viaja a Palermo a asistir al congreso El imperio de la ley y la delincuencia global, financiado por las Naciones Unidas. O a Roma, donde habló de emigrantes, prisiones y derechos humanos en la Europa en expansión.
Gran parte de sus intervenciones en Europa, América Latina y EEUU son financiadas por la Universidad de Nueva York, la ONU, la Nieman Foundation, el John Jay College de Nueva York, la fundación radicada en Colorado Western Management Development Center, y asociaciones de abogados de América Latina.
En su febril actividad viajera, Garzón podría haber pulverizado algún récord. Del 20 al 24 de octubre de 2003, en uno de sus viajes relámpago a Argentina, visitó la Universidad de Bahía Blanca, la Nacional de Córdoba y Nacional de la Patagonia, donde le hicieron Doctor Honoris Causa en tres ocasiones, en menos de una semana. Hazaña que pocos sabios ostentan.
En el listado de autorizaciones para impartir charlas en España sólo aparece un permiso, concedido el 13 de junio de 2007, para desplazarse a Melilla como ponente en las XIV Jornadas de derecho de Melilla Enrique Ruiz Vadillo. Es bien sabido que el juez lleva muchos años impartiendo cursos y conferencias en la Universidad Menéndez Pelayo (Santander), en la de verano de El Escorial; en la Casado del Alisal (Palencia), en la Universidad Carlos III, Politécnica de Barcelona y en las facultades de Derecho de Barcelona, Alicante, Almería, Málaga, Granada, Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva, Cádiz, Navarra, Cáceres, Santander, Zaragoza, Salamanca, Santiago de Compostela, Coruña, León, Valladolid, Palencia, Murcia, Carlos III de Madrid (sic), Alfonso X el Sabio de Madrid y Salamanca. Según el currículo que hizo público en 2003, cuando se presentó al Nobel de la Paz, lo podía hacer en cuatro idiomas.
De la medicina al honor
Garzón lo mismo ha hablado de la imprudencia médico-farmacéutica que de la repercusión de la crisis económica en las relaciones laborales, la tortura, la criminalidad organizada, los valores de la sociedad civil, el narcotráfico, la lucha contra la criminalidad en el tratado de Maastricht, la reinserción social del drogodependiente, la violencia política (ETA), el derecho al honor y al humor, los retos en el proceso de la Unificación Europea, la justicia sin fronteras, la guerra de Irak y de medio centenar de materias más.
Su actividad extra judicial hizo que en 2003 el CGPJ llegara a plantearse su expulsión de la carrera. Los motivos que se aducían era la publicación de tres artículos en El País y su participación en un mitin en la Puerta de Alcalá de Madrid –un día en que debía estar de guardia– donde advertía al entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, de las consecuencias que le esperarían si metía a España en una guerra, la de Irak, que consideraba ilegal, aunque ningún tribunal hubiera enjuiciado los hechos.
Por esas fechas se le abrieron dos expedientes con propuesta de sanción por falta grave. Con sus desmesuradas críticas al jefe del Gobierno «ha invadido la esfera de otros órganos del Estado», se estimaba.
La gota que colmó el vaso es la conferencia que leyó en Las Palmas de Gran Canaria el 20 de marzo de 2003 y por la que cobró 6.000 euros. Aunque el asunto a tratar era la lucha contra ETA, convertido en una especie de cruzado, Garzón condenó la invasión de Irak. «Aznar, Blair y Bush tendrían que ser sentados en el Tribunal Penal Internacional», afirmó tajantemente. Entonces, parte del CGPJ se planteó abrirle un tercer expediente, lo que supondría la expulsión de la carrera. Pero en lugar de «mancharse las manos de sangre», deciden buscar una «salida airosa». Le comunican a su abogado que haga las maletas y que se vaya por las buenas. «A donde quiera, pero lo más lejos de los tribunales».
Frente al ultimátum, el juez responde con otro desafío. No sólo no pide la baja voluntaria en el escalafón, sino que se presenta como candidato a presidir la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. «Con mi currículo, a ver quién tiene cojones de negarme a mí este puesto», se le oyó decir en los pasillos de la Audiencia Nacional. No sólo se lo negaron. La respuesta de la Comisión de Calificación del Consejo fue despiadada y cruel. Redujo su currículo de 28 folios a ocho líneas. «No tiene experiencia en órganos judiciales colegiados» y no ha puesto una sentencia de relieve en su vida.
Un año de excedencia
Tras este soberbio vapuleo, le dejan la alternativa de pedir un «permiso especial» de 12 meses, que luego amplía a 15 para irse a impartir conferencias y otras actividades a Nueva York. La única condición es que no vuelva. Pero Garzón no piensa marcharse de la judicatura ni está dispuesto a que le echen ni con agua caliente. Sus vacaciones en Nueva York las utiliza para fortalecer su imagen, ganar dinero y enrocarse. Durante su estancia en la ciudad de los rascacielos –entre marzo de 2005 y junio de 2006– hace las paces con Felipe González, al que invita a sus coloquios, y sienta a su lado a la plana mayor del PSOE (José Bono, Juan Fernando López Aguilar, Miguel Ángel Moratinos).
Los actos son financiados por el Santander y otros bancos. Se imparten en la cátedra Rey Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York y el dinero que legalmente percibe está pendiente de cuantificar por la Sala II del Supremo. El periodista Miguel Ángel de la Cruz dice en su libro La ambición de un juez que años antes percibía ya hasta 60.000 dólares por conferencia. Nada mal para quien gana cerca de 4.000 euros al mes y cuyo patrimonio en 2007 fue estimado por el Consejo (con las cifras aportadas por su abogado) entre 9 y 15 millones de euros.
Con el presunto apoyo del PSOE Garzón cree asegurado su retorno a la carrera judicial sin problemas. Pero, entre viaje y viaje, no para de cometer errores. En 2005 escribe el libro Un Mundo sin miedo, por el que Ramdom House Mondadori le paga 50 millones de pesetas. Que uno de los principales accionistas de la editorial que le compra el libro sea Silvio Berlusconi, imputado por su juzgado, es uno más de la decena de traspiés que acompañan a la obra.
El último episodio de su zigzagueante carrera, tras sus estancias en Costa Rica, Argentina, Florencia y Bogotá de 2008, ha sido el intento de abrir una causa general contra el franquismo. Con el ministerio público en contra, el 18 de noviembre el juez reconocía su error y daba carpetazo al asunto. La Audiencia Nacional, este mismo viernes, volvía a repetírselo: no es competente para investigar los crímenes cometidos entre la Guerra Civil y el franquismo. Fue, como el de París, su último viaje a ninguna parte.
La misma conferencia 40 veces
En el prefacio de su libro Cuento de Navidad, es posible un mundo diferente, Garzón se jacta de haber impartido una misma conferencia cerca de 40 veces. Eso hasta 2002, fecha de publicación de la obra. La conferencia en cuestión se titula Derechos Humanos. Internacionalización de la Justicia y Corte Penal Internacional como alternativa a la impunidad y según el propio Garzón fue dictada (seguimos su sintaxis) «desde la Universidad de Stanford en California, la de Wisconsin, Central de Nueva York y Harvard en EEUU, pasando por la Universidad de La Plata (Argentina), Colegio de Abogados de Lima, Instituto de Derechos Humanos de Costa Rica, Universidad Tecnológica de El Salvador, Colombia, Brasil (Porto Alegre, Sao Paulo y Brasilia), Universidad Autónoma de México, Comisión de Derechos Humanos del Estado de Toluca y la del Estado de Baja California de México, y la Universidad Autónoma de Santo Domingo, hasta, en Europa, en Oxford (Reino Unido), Universidad de Estocolmo (Suecia), Universidad de Oslo (Noruega), Naciones Unidas (Nueva York, Viena, Palermo, Milán), Amnistía Internacional en Bruselas (Bélgica) y Helsinki (Finlandia); para concluir en España en la Universidad Complutense, Carlos III, Asociación Pro-Derechos Humanos, Universidad Menéndez Pelayo (Santander), Facultad de Derecho de Málaga, Granada, Sevilla y algunas otras». Del texto, escrito por el propio juez, se deduce, al margen de la posible rentabilidad que le ha sacado a 20 cuartillas, que ha estado, por lo menos en tres países del Norte de Europa, en Suecia, Noruega y Finlandia impartiendo conferencias sin permiso del CGPJ.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Mundo, www.elmundo.es.