Aquí el tema es que los políticos españoles pro-abortistas pretenden autodenominarse como progresistas, y para ello están tratando de hacernos creer que todo el que está en contra del aborto está en contra del progreso de las mujeres y es derechista y conservador.

¿Cómo es posible que en un país y en un continente que se hace cada día más viejo por su bajísima tasa de natalidad se esté legislando a favor del aborto? ¿No es esto una contradicción?

¿No debieran más bien ocupar los recursos económicos en reforzar la maternidad, haciendo políticas concretas tendientes a facilitar el trabajo de las mujeres que están en edad de ser madres?

¿Por qué se las quiere confundir haciéndolas creer que el aborto es un derecho que se les debe?

¿No es ésta una mentira perversa?

¿Y esto no es ser fundamentalista?

Y es cierto, la gran mayoría de las mujeres que por algún motivo han optado por el aborto como solución a su embarazo han quedado síquicamente marcadas para el resto de sus vidas con una sombra de dolor y tristeza que no pueden borrar ni siquiera con futuros alumbramientos, pues un hijo no se reemplaza con otro.

¿Por qué desde España y Europa quieren hacernos creer que la maternidad es un estorbo y no una bendición?

¿Por qué los países más ricos del mundo quieren hacernos creer en éste espejismo?

¿Qué será de los países pobres si seguimos este patrón de conducta?

Un verdadero progreso sería que se la incentivara a ser madre, ayudándola con todos los medios posibles, para que compatibilizara la maternidad con el trabajo y los demás derechos ya logrados.

Antonia