Vívelo

Andrés Fuentes Echevarría | Sección: Política, Sociedad

Sentir el cariño de gente como la que se encuentra en el Vívelo es una de las razones más importantes para elegir el servicio público como opción de vida.

A pesar de que pueda sonar cliché, vivir una semana completa en una casa totalmente desconocida hasta el momento de nuestra llegada, y convivir con una familia a la que no conocemos sino sus nombres es una experiencia que bien vale la pena vivir.

En el Vívelo, miembros de la juventud de la UDI se comprometen a vivir de domingo a domingo por el lapso de una semana en una casa de escasos recursos en un sector poblacional de Santiago para vivir en carne propia los problemas que la gente tiene y las incansables luchas que tienen que librar para solucionarlos.

Los principales problemas que se observan en el comienzo son de vivienda, las casas son de mala calidad, no tienen las condiciones básicas que impidan la promiscuidad, en invierno se llueven, y las que no se llueven se inundan, los barrios no son iluminados y muchas veces la alimentación no es la adecuada por falta de fondos.

Quizás uno se puede encandilar con estos problemas a primera vista insufribles, pero el meollo del asunto apunta mucho más allá que a fallas meramente estructurales.

Personalmente me causo mucho impacto visitar con mi anfitriona, que es una destacada dirigente del sector, un hogar compuesto por dos ancianos de alrededor de 70 años. Ella casi por completo ciega producto de la diabetes y él con otros tantos problemas de salud. La casa, de adobes, con partiduras importantes por donde filtra el aire, en invierno la lluvia, y con numerosos agujeros en el piso habitados por ratones. Su ingreso, $38.000, con los cuales se paga la luz, el gas, el agua, los medicamentos y, con lo que sobre, mercadería. Cuando entramos nos saludaron muy cordialmente pues saben que la señora que me acompaña es quien está llevando las postulaciones de ellos ante el municipio para que arreglen su casa, está buscando alguna especie de subsidio que les permita postular, pues para hacerlo necesitan tener depositado en el banco la suma de $60.000. En este caso una fortuna. A pesar de su cordialidad no pueden ocultar el aspecto demacrado que es signo evidente de una vejez llena de privaciones y sufrimientos; son más de 50 años de trabajo y no han podido tener una casa medianamente habitable. Más entrada la conversación y cuando ya hay una cuota más de confianza ellos nos explican que este mes será peor que el anterior: debieron comprar unos medicamentos extra y ello mermó considerablemente el presupuesto familiar, ya todas las cuentas pagadas y las compras hechas, sólo tienen provisiones para llegar al fin de semana, pero el resto del mes… sepa Moya.

Realidades como estas son las que funcionan como un cable a tierra y nos llevan a replantear qué debemos hacer, cuál es nuestro deber como cristianos y como chilenos, pensamos en la justicia porque no es justo lo que ellos viven, y por sobre todo nos llena la más profunda indignación moral el saber que muchas veces los dineros destinados a ayudar a estos y otros miles de chilenos en condiciones igual de paupérrimas son desviados a campañas políticas, o son abiertamente robados por quienes mueven los hilos de verdaderas mafias que hoy gobiernan.

Es esta una excelente oportunidad para replantearnos el llamado que hizo Jaime Guzmán a aquellos que sientan la verdadera vocación de servicio público, a trabajar sin descanso por esta y otras realidades que no pueden esperar, y que no se solucionarán repartiendo nylon cuando llueva o subsidiando con $20.000 para superar la inflación.

Valoro mucho la labor que realizan entidades como Un Techo Para Chile y muchas más que se entregan desinteresadamente en ayuda de quienes más lo necesitan, pero a la vez creo firmemente en que las verdaderas y duraderas soluciones vienen de la mano de quienes están dispuestos a entregar su vida al servicio de los demás muchas veces postergando los propios intereses, cosa que no siempre es fácil, y esto es a través de la política, de la correcta política.




Andrés Fuentes es candidato de la UDI a Concejal por Lo Prado.

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