La Fuerza de una Conversión

Prensa | Sección: Religión, Sociedad, Vida

Bernard NathansonEl doctor Bernard Nathanson es mundialmente conocido. El fue judío no practicante que dedicó sus conocimientos científicos a matar la vida. Según su propia confesión el intervino en 75.000 abortos, entre ellos, el de su propio hijo.

Un buen día, mediante el ultrasonido, conoció el sufrimiento del feto al ser torturado para sacarlo del seno materno. Entonces, cambio su vida, se hizo católico y fue bautizado por el cardenal de Nueva York. El mismo día se confirmó y recibió la primera comunión.
La revista «Sol de Fátima» recoge una conferencia que el dio en el colegio de médicos de Madrid. Es la confesión de un hombre arrepentido que cuenta la cantidad de presiones y mentiras que hicieron el y su equipo para conseguir convencer a los Estados Unidos de la ley que despenaliza el aborto.
Fue todo un negocio. Menos de dos millones de norteamericanos eran partidarios del «aborto a petición».
¿Cómo convencieron a los otros ciento noventa y nueve millones para que aceptaran el aborto?
«Nos sirvieron de base dos grandes mentiras: la falsificación de estadísticas y encuestas que decíamos haber hecho y la elección de una víctima para achacarle el mal que suponía para Estados Unidos que no se aprobara el aborto.
Esta víctima fue la Iglesia Católica. O mejor, “su jerarquía».

La otra táctica fue la falsificación de estadísticas: «Decíamos que en 1968 se practicaban un millón de abortos en Estados Unidos cuando sabíamos que era alrededor de los cien mil. Como esta cifra no nos servía la multiplicábamos por diez para llamar la atención. También repetíamos que las muertes maternas por abortos clandestinos se aproximaban a las diez mil cuando sabíamos que eran sólo doscientas.
Más adelante añade el conferencista:
También inventábamos nuestras propias encuestas. Decíamos, por ejemplo, que habíamos hecho una encuesta y que el 25% de la población era partidario del aborto y más tarde decíamos que el 50% y así sucesivamente.
Los estadounidenses se lo creían y, como deseaban estar a la moda, formar parte de la mayoría y que no les llamaran «atrasados», se unían a los «avanzados».
«A los católicos que rechazaban el aborto se les acusaba de estar manipulados por la jerarquía. Y, a los que lo aceptaban, se les consideraba modernos, progresistas, liberales…»
Otra táctica que empleamos contra la Iglesia Católica fue acusar a sus sacerdotes cuando tomaban parte en los debates públicos sobre el aborto de «meterse en política» y de que aquello era «anticonstitucional».
Como puedes darte cuenta es una vergüenza que la humanidad pueda ser engañada de esta forma. Es que detrás de todo esto hay muchos millones. Sólo un hombre arrepentido, que ha descubierto en CRISTO la verdad, es capaz de confesar públicamente tanta miseria e hipocresía.
El público se lo creyó fácilmente a pesar de que el engaño era claro.
¡Esta es la realidad del crimen abortivo legitimado en Estados Unidos y que después se ha seguido en tantos países!
Si no fuera una persona de tanto prestigio quien lo cuenta, no sería fácil creerlo. Pero el doctor Bernard Nathason aceptó los criterios del Evangelio. Sin embargo el grupo abortista sigue creciendo a nivel mundial como los Herodes de hoy que continúan matando víctimas indefensas.
Continúa el doctor Nathason, medico convertido, en el Colegio Médico de Madrid.
Ojalá que sean muchos los que puedan aprovechar la claridad de sus conclusiones.
«Esto es lo que dice la ciencia actual sobre biología humana: El ser concebido es un ser vivo porque tiene estas características: nace, crece, se reproduce y muere.

AbortoEste ser vivo es un ser humano. Es un hecho innegable que no puede ser otra cosa. De la fecundación de un óvulo por un espermatozoide no puede resultar ni una planta ni un elefante. El nuevo ser es humano como sus progenitores.
Es un ser con individualidad propia, distinto del padre y de la madre que lo engendraron, y además es único e irrepetible.
A las diez semanas de la concepción todos los órganos están ya formados y funcionando. A partir de las diez semanas sólo aumentan de tamaño y se perfeccionan, hasta alcanzar después de la pubertad el pleno desarrollo.
El tejido nervioso es uno de los primeros en formarse. Con los medios modernos exploramos pueden detectarse las variaciones eléctricas (electroencefalograma) a las seis semanas de la concepción, pero los científicos afirman que podrá detectarse antes, cuando se dispongan de medios de exploración más avanzados.
La sangre de un niño concebido se forma así: a los diecisiete días ya han formado sus glóbulos rojos y blancos y empiezan a ser movilizados por el corazón. A las seis semanas de su concepción puede hacérsele electrocardiogramas.
El feto percibe las sensaciones. Los ruidos molestos le inquietan y los suaves le tranquilizan. Experiencias en el interior del útero demuestran que el contacto con un instrumento extraño determina un movimiento de huida.
También tiene vida afectiva. Se inquieta cuando la madre está nerviosa y duerme cuando ella descansa. Cuando se aburre se chupa el dedo o da volteretas (comprobado por foto y ecografía).
Es capaz de distinguir una sustancia agradable de otra que no lo es. Cuando se inyecta en el interior del útero una sustancia azucarada la traga, y cuando es desagradable no lo hace.
¿Están reconocidos por la sociedad todos estos descubrimientos de la ciencia que demuestran, sin lugar a dudas, que todo ser concebido es un ser humano desde el momento de la concepción?
Desgraciadamente no. Una cosa es la realidad de los hechos que demuestran la genética y la biología y otra los derechos que la sociedad quiera reconocer.
El doctor Nathanson concluye diciendo que esto es no sólo un contrasentido y una injusticia sino que es además una marginación y un abuso de fuerza contra un ser débil e inocente que no puede defenderse.
Creo que todo esto puede ser materia de una profunda meditación; más aún, será bueno que compartas estas conclusiones a las que ha llegado un gran médico al que DIOS tocó su corazón y se convirtió.
Es muy lamentable que nuestra sociedad, en la que teóricamente se ama y defiende tanto la vida, esté construida sobre la muerte de tantos niños en formación y que empleen los abortos para el enriquecimiento y la salud de otros seres humanos.
Debemos pensar que ningún ser humano (tenga la edad que tenga) tiene más derecho a vivir que otro ser humano.
Que el DIOS de la vida nos ayude a apreciarla.

La mujer es dueña de su vida y de su cuerpo como dicen las feministas pero, no es dueña de la vida que está dentro de su cuerpo, porque la vida es obra de Dios, y quién aborta esta contra Dios.

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