Congelado

Alvaro Pezoa B. | Sección: Política

Congelarlo. Hacer la “ley del hielo” a José Antonio Kast (JAK) es la pretensión de algunos dirigentes de ChileVamos. La decisión ha sido fundamentada en la creciente influencia que el excandidato presidencial estaría teniendo en parlamentarios de la mencionada coalición política, sus críticas al gobierno y la excesiva derechización a la que se encontraría empujando a la centroderecha. Las voces de reproche a Kast han provenido inicialmente de Evópoli, partido que ha comenzado a evidenciar suma incomodidad con su presencia. Y no han tardado en encontrar eco en la UDI y RN. El presidente de esta última agrupación ha llegado a exigir que sus diputados elijan entre ella o JAK. Su llamado no ha sido exitoso, abriendo junto con sus socios un nuevo -e innecesario- frente de disensos dentro de la coalición oficialista.

Hacer la “ley del hielo” siempre pone de manifiesto un cierto grado de infantilismo en quien la intenta imponer. Se trata de una conducta pueril, a lo más adolescente. Y, las más de las veces, también poseedora de innegables dosis de mala intención. Por lo mismo, no deja de sorprender que personeros fogueados en las lides políticas estén azuzando entre sus huestes esta pésima práctica. Ésta no solo dice de la índole personal de sus autores, sino que devela un error político. Primero, porque lejos de aminorar la visibilidad pública de JAK, la acrecienta. Luego, porque desata serias controversias internas dentro de, y entre, los partidos de ChileVamos. Por último, lo más relevante, debido a que busca atribuir a Kast presuntos daños al conglomerado, en circunstancias que los mismos parecen emanar de yerros propios y del gobierno que sustenta. En realidad, ya sea por falta de comprensión o de voluntad, se está “echando la culpa al empedrado” de problemas que son autogenerados. JAK no se ha movido hacia la derecha, sigue defendiendo los mismos principios y medidas que en su campaña presidencial y antes. Son, en cambio, los partidos del oficialismo y el Ejecutivo quienes se enredan en impulsar iniciativas (reglamento para las tres causales de aborto, ley de identidad de género, matrimonio igualitario) que no estaban en su programa y, menos, en el interés de sus votantes; quienes se muestran dubitativos frente a decisiones relevantes (pacto de migración); quienes descabezan los mandos del Ejército y Carabineros, exigiendo responsabilidades institucionales, al tiempo que eluden asumir las responsabilidades políticas que les pudieran competer; quienes se hallan más preocupados del tenor de las encuestas y de congraciarse con los suspiros quejumbrosos de la izquierda y del liberalismo de élite, que de centrar el rumbo en resolver aquellos asuntos que de verdad importan a la ciudadanía que los eligió.

Procurar congelar a Kast es una forma de “tapar el sol con un dedo” y desatender lo esencial. Y de favorecer a cualquiera, menos a ChileVamos y al gobierno.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera