Crisis en la Iglesia

Gonzalo Ibáñez Santa María | Sección: Religión, Sociedad

La reunión del Papa con los obispos chilenos terminó como debía terminar, esto es, poniendo los obispos sus cargos a disposición del Papa. Es que quedó a la vista el magro resultado de la gestión de esos obispos en la conducción de nuestra Iglesia chilena. Conclusión en la cual, por cierto, jugaron un papel importante las acusaciones de falta de celo de nuestros pastores traducido en encubrimiento y lenidad en las investigaciones de delitos de pedofilia, abuso sexual y psicológico cometidos por diversos eclesiásticos.

Pero, se engañaría quien redujera esta crisis nada más que a ese ámbito. No parece aventurado avanzar que esa misma carencia de celo  ha estado presente en el silencio  que los obispos -salvo honrosas excepciones – han observado de cara a doctrinas que han apuntado y siguen apuntando a demoler la identidad humana de las personas y, por esa vía, a demoler los cimientos de nuestra sociedad. Débil, por no decir inexistente, fue su defensa de la integridad del vínculo matrimonial socavado por la ley de divorcio; intrascendente, su defensa de la vida humana de cara a la ley de aborto. Nada se les ha oído frente a proyectos como el de “identidad de género” o de “matrimonio igualitario” que ponen en entredicho aspectos esenciales de nuestra personalidad. Si la opción preferencial de la Iglesia la constituyen los pobres, ¿qué han dicho de cara a ideas y proyectos que apuntan a  volver a trasnochadas políticas de corte socialista que ya fracasaron en nuestro país?

¿Qué han dicho frente al abuso de que por décadas ha sido víctima el nombre “cristiano” monopolizado por un partido como la Democracia Cristiana para impulsar políticas que sólo han traído fracaso y ruina al país? De hecho, fueron personeros de ese partido los que promovieron leyes como las de aborto y divorcio y que, ahora, se suman alegres a estas otras que mencionaba más arriba. Sin embargo, ese partido ha contado hasta ahora con un generoso apoyo  de parte de la jerarquía católica del país. ¿Cómo han enfrentado los obispos la acción de sacerdotes católicos que se han embarcado en cuerpo y alma en la promoción de estas políticas antihumanas y, por lo mismo, anticristianas? Está bastante claro que, al interior de los medios clericales, hay ya un magisterio paralelo que se ha propuesto como misión desvirtuar las enseñanzas de siempre de la Iglesia.

Nuestra Iglesia pasa por momentos muy difíciles; y los que vienen lo serán aun más. Lo que es más grave, la crisis no se detiene en ella. Al contrario, la confusión que hoy la marca se proyecta al país, porque es precisamente en la Iglesia donde se atesoran, se proclaman y se difunden -o debieran hacerlo- aquellos principios que son la base de una vida plenamente humana en lo individual y en lo social.

Hoy, domingo 20 de mayo celebramos la fiesta de Pentecostés: «Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu ardiente caridad. Envía Señor tu Santo Espíritu y renueva la faz de la tierra«.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por el autor en https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm