Debate curricular

Alfredo Jocelyn-Holt | Sección: Educación, Política, Sociedad

Cuesta entender qué está discutiéndose, a propósito de los alcances del Consejo Nacional de Educación (CNED) a una propuesta del Mineduc, no explicitada, cuyos términos específicos desconocemos. ¿Eliminar Filosofía y Ciencias del currículo, o la pertinencia u oportunidad que éstas tendrían en el plan común de 3° y 4° medio? Lo mismo cabría preguntarse respecto a Historia, sobretodo porque en ésta no ha recaído atención alguna. ¿Se trata de una cuestión de horas asignadas, del nivel de especialización versus formación general, o de contenidos? No queda claro.

Sin referencia a los sentidos puntuales con que el Mineduc ha seguido adelantando el currículo, el debate en curso se presta para todo tipo de malos entendidos, justamente lo que se ha estado dando, cual esgrima sino póker, en las páginas de los diarios.

Se ha afirmado que el objetivo es formar estudiantes “críticos”, “éticos”, y otorgarles una educación “equitativa” e “igualitaria”, la manera como el Mineduc bajo este gobierno recogió las demandas de movimientos sociales que vienen presionando desde 2006 y 2011. Conforme, pero veamos: ¿con qué autores o líneas filosóficas e históricas se va a formar a ese alumno? (el Mineduc no revela aun su propuesta), ¿qué perspectivas lógicas, metafísicas, epistemológicas o éticas se pretende privilegiar? Imaginemos cuáles podrían ser los efectos de más de un millón de jóvenes uniformados bajo una orientación materialista histórica, progresista liberal, o simplemente posmoderna, y ahí comenzamos a comprender la gravedad del problema.

Lo mismo podría suceder con la enseñanza de Historia. ¿Se impondrán perspectivas de género o historia social de los excluidos por sobre historia política o de las ideas? ¿Insistirá el ministerio en agrupar Historia junto a Ciencias Naturales, imponiendo una concepción modelística del ser humano determinado biológicamente? (esto ya apareció en un primer borrador de la propuesta del Mineduc y, en su momento, fue objeto de cuestionamientos).

Sería conveniente también que quienes participan en el debate hagan memoria y recuerden qué aprendieron en su paso por la secundaria en estas áreas. ¿A pensar y expresarse con racionalidad o a repetir “saberes” enciclopédicos e ideológicos (ambos dudosos, no conducentes a formar críticamente)? A juzgar como estudiantes llegan a la universidad, la cual exige conocimientos concretos y destrezas explicativas, el panorama es poco alentador. Se precisan reformas, pero no sabemos si el ministerio se propone formatear sesgadamente a miles de jóvenes o se ofrecerá una amplia gama de posibilidades que les permita discurrir libremente. No sabemos, porque desconocemos cual es la propuesta curricular sometida a consideración del CNED. Motivos para desconfiar hay de sobra, y en lo del legado atado y bien atado, para qué ahondar.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera.