Tres desafíos para el gobierno de Piñera

Gonzalo Rojas S. | Sección: Política

Que no será lo mismo que la primera vez (obvio): que buscará la unidad nacional (muy difícil); que tendrá más comunicación político-social y menos énfasis en lo económico (depende).

Esas son las coordenadas en que desde el piñerismo se sitúa la acción gubernamental a partir del 11 de marzo próximo.

Pero, ¿qué esperamos cientos de miles de ciudadanos que desde los márgenes de ese gobierno realmente queremos que lo haga bien, aunque vamos a mantener y ejercer nuestra independencia?

Primero, que recupere a fondo el sentido de la subsidiariedad, denostado injustamente por algunos intelectuales y masacrado en la práctica por Bachelet II. No vaya a ser que el gobierno de Piñera se deje arrastrar por la tentación de convertir al Estado en “solidario”, cuestión que simplemente no puede realizar por su falta de paridad con los restantes actores sociales. Lo que al nuevo gobierno sí le corresponde es administrar un Estado que desde su acción impulse la solidaridad de los diversos órganos sociales entre sí. Si intenta hacerse “solidario” por cuenta propia, no será más que una variante de socialismo. O sea que la ecuación es: mucha subsidiariedad desde el Estado para que haya mucha solidaridad desde la sociedad.

En segundo lugar, se espera del gobierno que hable claro en materias morales y culturales. Que entre a las disputas aún sabiendo que puede perder algunas, incluso por el rechazo de sus propios adherentes (Evópoli, restos de Amplitud, electrones célibes en RN y la UDI) con la seguridad de que lo importante es dejar marcada una postura, aunque no se logre el triunfo legislativo. En este sentido, presentar lo antes posible un proyecto de derogación de la ley de aborto es exactamente lo que se espera de quien cree en la vida, por mucho temor que pueda tener a un fracaso en el Congreso.

Y, finalmente, se fiscalizará desde la derecha auténtica al gobierno de Piñera respecto de temas tan mal asumidos como la gratuidad, los controles a la educación y la venganza perpetrada con los militares. Si no se producen en esas cuestiones rectificaciones importantes, la crítica será constante y decidida.