Un dato que aclarar: “chilena” quiere decir de Chile

Joaquín Muñoz López | Sección: Historia

El 14 de febrero de 1879, nuestras tropas ocuparon Antofagasta y luego, el 5 de abril, Chile le declaró la guerra a Perú y Bolivia. Esto está más bien olvidado y, paulatinamente, se empiezan a olvidar otros hechos de la Guerra del Pacífico. En la conciencia colectiva, lo más presente es el Batalla de La Concepción y el Combate Naval de Iquique, sendas derrotas que, por ello, se conmemoran. El primero daba origen al “Día de la Juventud”, que hoy sólo vive en la mente de quienes tenemos cierta edad y buena memoria. El segundo va perdiendo importancia… Sí, ya se pasa por alto en algunos colegios para no molestar a los alumnos extranjeros. No obstante, sigue siendo la efeméride más reconocida de esta guerra, por lo que es muy acertado hablar de alguna de sus consecuencias curiosas en el mes de mayo.

Hay varias víctimas del olvido, de la falta de conciencia o de los malos entendidos en la cultura criolla. La cueca es una de ellas. ¿La cueca?, se preguntarán muchos, pero es así.

Los orígenes de la cueca no están claros, las teorías al respecto son muchas y variadas. Van desde la postura del musicólogo argentino Carlos Vega, que sostiene que la cueca descendería de la gavota, un baile aristocrático europeo, hasta la tesis indigenista que Lonko Kilapán expuso en su libro “El origen araucano de la cueca”. La primera suena extraña, pues, la cueca en sus comienzos era un baile de chinganas y no de salones; la segunda, no explica por qué ésta no está fuertemente arraigada en el mundo indígena. Entre estas dos teorías, hay una variopinta gama de explicaciones sobre su origen. Ninguna satisfactoria del todo.

Lo que sí se sabe es que, sin importar su origen, se expandió por gran parte de Sudamérica bajo el nombre de “chilena”. Posteriormente, se empezó a conocer como “cueca” y como “marinera”. Actualmente, aún se le denomina “chilena” en los Estado mexicanos en que se la practica.

En los colegios, se nos enseña que la cueca desciende de la marinera o podría descender de ésta. Una idea demasiado osada y, desgraciadamente, representativa del escaso conocimiento y valoración de lo nuestro. Decir lo contrario, tal vez también sea demasiado osado, pero no dejar un margen de duda es como mucho.

Según Eduardo Barrios la “cueca chilena” era un baile más estilizado, sin movimientos exagerados y con menos insinuación sexual que la “zamacueca peruana”. José Zapiola sostuvo que la cueca proviene de la zamacueca traída desde Perú en 1824 o 1825. Esta idea queda desvirtuada con lo señalado por el historiador mexicano Moisés Ochoa Campos, según él, la “chilena” llegó a Acapulco en 1822 gracias a las tropas enviadas por O’Higgins para apoyar a los independentistas.  Aquí aparece un detalle muy importante: ya se le conocía como “chilena” en aquellos años.

Dicho de otra forma, si todo esto es correcto, cuando llegó a Chile la zamacueca peruana, ya existía la chilena. La chilena se pudo haber visto influida por la zamacueca, lo que no es suficiente para decir que desciende de ésta. Por su parte, si la marinera descendiera de la zamacueca, ambas son peruanas. Hasta aquí no hay nada extraño, inclusive se puede decir que lo que se nos enseña en los colegios es bastante acertado. El problema surge cuando nos deben decir de dónde proviene el nombre de “marinera”.

El 8 de marzo de 1879, el destacado escritor peruano Abelardo Gamarra propuso en su columna “Crónica local” del diario “El Nacional” que a la chilena se le denominara marinera. Las razones son obvias: empezaba una guerra con Chile. En cuanto al significado de la palabra “chilena”, la RAE dice: “Natural de Chile, país de América”, es decir, debería quedar claro el origen de este baile. De no ser por la Guerra, aún la chilena conservaría su nombre. Una víctima más que rescatar.

Existe otro punto que vale la pena mencionar: así como hay numerosas variantes de la cueca, por ejemplo, cueca cuyana, riojana, chilota, etc., se está dando la costumbre de hablar de “cueca chilena”, lo que sería algo así como “chilena chilena”. Sin embargo, el decreto que le da carácter de baile nacional a la cueca sólo habla de “cueca”: “Artículo 1º.- Declárase a la cueca danza nacional de Chile”.