Dos joyitas ha dejado la discusión sobre el proyecto de aborto en la Cámara de Diputados.

Son las que están en el podio de las frases importantes que se han pronunciado al respecto, el un, dos, de las opiniones destacadas. Quedamos a la espera de la tercera posición.

La medalla de oro es para Camila Vallejo: “Estoy segura que si los hombres parieran, el aborto sería libre hace mucho tiempo”.

Está segura. Ella conoce el alma humana y, en particular la masculina, como para asegurar que si el cuerpo masculino fuera femenino, entonces los hombre seriamos mujeres abortistas. O sea, se habría acabado la especie humana con la primera “pareja” (una mujer abortista y un hombre con cuerpo de mujer, y abortista). Simplemente no habría habido más que una primera mujer abortista y un primer hombre… abortista también; no se sabe cuál de los dos habría estado en condiciones de parir ni cómo habría quedado embarazado (…), pero en todo caso, cualquiera de los dos habría abortado y hasta ahí habría llegado la especie. Una frasecita como para el análisis de Leon Bloy.

En el segundo lugar, la perlita del diputado de RN René Manuel García: “Podríamos decir que el Gobierno Militar o Dictadura, como quieran llamarlo, mataba a las personas grandes. Ustedes las matan antes de nacer. ¿Cuál es la diferencia entre esos dos crímenes?”.

Un cerebro lavado más. ¿Habrá dos situaciones más diferenciables respecto de la muerte que, por una parte, la búsqueda, captura e ilegítima desaparición de una “persona grande” que muchas veces efectivamente era un terrorista o un subversivo armado, perpetrada en medio de condiciones dramáticas de inseguridad nacional, y por otra, la trituración de un ser absolutamente indefenso y al que nada le es imputable, realizada en condiciones de extrema seguridad “sanitaria” para su madre?

¿Le cuesta mucho a un diputado adulto, “grande”, ver la diferencia entre la excepción censurable y la regla inaceptable?