Animalizar a los humanos

Gonzalo Rojas Sánchez | Sección: Política, Sociedad

#05-foto-1-autorLas iniciativas legales y administrativas para “humanizar” a los animales se vienen desarrollando con mayor fuerza en los últimos años en Chile.

Estrictas regulaciones en la crianza de aves y cerdos; condiciones sofisticadas de matanza de los vacunos; castigos para quienes descuiden el trato con sus mascotas; restricciones a la pesca y caza; reconocimiento legal al carácter sentiente de los animales; rechazo social y prohibiciones administrativas sectoriales del rodeo. Y quizás cuántas más normativas que ignoro u olvidé.

De la adecuada consideración y respeto por los animales como creaturas de Dios que pueblan la tierra al servicio de los humanos, se ha ido pasando a una veneración tal que se utiliza un lenguaje ridículo: dignidad, derechos, integración.

Pero el problema no está en la voluntarista e imposible “humanización” de los animales, sino en la tendencia paralela que necesariamente la acompaña: la animalización de los humanos.

Es lógico: para elevar a fuerza de empeños a lo que no le corresponde estar arriba –los animales con supuesta dignidad, derechos e integración– hay que bajar a la fuerza hacia posiciones inferiores a los seres de auténtica dignidad, derechos e integración: las personas humanas.

Por eso, para los promotores del animalismo, los embriones no son más que células sin humanidad; los niños con síndrome de Down no pasan de ser un grave problema que buscan “solucionar”; las mujeres, úteros que se pueden arrendar o con los que se puede experimentar; los jóvenes adolescentes, un conjunto de hormonas que hay que liberar; las tendencias supuestamente irrefrenables, una opción que validar; el cuerpo de los adultos terminales, un envoltorio desechable por sus vidas dolientes. Y cuántas cosas más que desconozco u olvido.

Estas dos tendencias, el sube y baja respectivos del animalismo y del humanismo, se están cruzando. Estamos cerca de un dramático punto de encuentro. Y de esa situación, no serán los animales los que nos liberen.