
El interés superior del niño
Álvaro Ferrer del Valle | miércoles 20 de agosto de 2008 | Sección: Familia, Sociedad
No es posible calificar como discriminación arbitraria un proceder justo y prudente: dar al niño lo que es suyo.
No es posible calificar como discriminación arbitraria un proceder justo y prudente: dar al niño lo que es suyo.
Quería renovar el mundo, atormentado por inquietudes y violencias, mediante «la civilización del amor».
Se traslada al profesor a una función subsidiaria y se sitúa al alumno en el centro del universo escolar.
¿Le cabe alguna duda a la inmensa mayoría de los oficiales de la Armada en retiro, incluidos los injustamente procesados y vejados, que el alto mando está actuando con recta conciencia y con la prudencia del comandante en momentos de combate?
Las distintas contestaciones posibles a la primera pregunta tienen como punto de partida, invariablemente, una toma de posición previa sobre la naturaleza de la educación y del educar.