Cómo olvidar el día que en la Convención Constitucional se aprobó el aborto libre. Más de 2/3 de los convencionales celebraban eufóricos, con lágrimas de emoción, con abrazos y cánticos burlones frente a quienes no estábamos de acuerdo. 

Estudiosos del proceso señalan que ese fue uno de los puntos de quiebre, que llevaron a que la opción “Rechazo” superara a la opción “Apruebo” por primera vez. Paradójicamente, muchos sostienen que los eventuales límites al aborto aprobados en la segunda propuesta constitucional, fue uno de los temas que hizo fracasar este proceso y hacer ganar a la opción “En Contra”.

El Presidente Boric lo sabe. Sabe que es un tema que divide a los chilenos. Sabe también que, según encuestas, más del 60% de los chilenos se opone al aborto libre o sólo lo aceptan en el caso de las 3 causales hoy vigentes. El Presidente tiene conciencia de que no tiene los votos para aprobarlo, que este tema divide a la opinión pública e incluso que esto implica romper relaciones con algo de lo que queda de la DC.

Pero al Presidente Boric no le importa. No le importa porque lo que quiere es hablarle a su barra brava. A los que se pararon felices a aplaudirlo una vez hecho el anuncio. A los que no han abandonado el espíritu refundacional, ni nada de lo planteado en el programa de gobierno. Le habla a quienes defendieron lo plasmado en forma elocuente en el texto rechazado por el 62% de los chilenos en septiembre de 2022. Le habla a los que ni siquiera le cuestionan los indultos y pensiones de gracia a delincuentes.

¿Por qué lo hace entonces? Porque no tiene nada que mostrar a su base electoral. Porque no va a terminar con las AFPs, no va a terminar con las Isapres, no va a refundar Carabineros, no va a poder subir los impuestos y no va a condonar el CAE ni la deuda histórica de los profesores, ni va a quitarle el litio a SQM.

Que no tenga nada que mostrar a su base es una buena noticia para gran parte del país, pero en su Gobierno tampoco habrá mejorado en nada la educación, los niños y adolescentes vulnerados de Chile no van a estar mejor, las listas de espera en salud y en atención en salud mental habrán aumentado, habrá más desempleo, más informalidad y mayor pobreza.

Esto es una triste noticia para Chile. Porque si bien queda menos para que termine este gobierno, es mucho tiempo para quienes sufren la violencia, la inseguridad, el narcotráfico y el crimen organizado. Es mucho tiempo para quienes esperan que el país crezca, que haya inversión y desarrollo, mejores condiciones de vida para todos los chilenos y más recaudación fiscal para mejores prestaciones sociales para quienes de verdad lo necesitan.

Pero al Presidente Boric eso no le importa. El Presidente dice que busca acuerdos y unidad para avanzar en materias prioritarias para los chilenos, pero lo que hace es dividir al país y poner en discusión temas que no son prioridad para nadie más que para su barra brava.

En todo caso, por si le llegara a importar al presidente: Sí, somos muchos los que creemos que el aborto es inmoral.  Muchos los que estamos con monseñor Chomalí cuando señala que, con una ley de aborto, pierde Chile.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por The Clinic el domingo 2 de junio de 2024.